Reseña: En las montañas de la locura de H. P. Lovecraft

Reseña: En las montañas de la locura de H. P. Lovecraft

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Antropólogo, comunicador social, lector empedernido, diablo de Píllaro. Realizó investigaciones en fiestas populares, teatro, literatura ecuatoriana, violencia de género y música andina. 

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En los confines del caos habitan seres de poderes indescriptibles e indescifrables, seres eternos, dioses/demonios, criaturas superiores, infinitas, eternas. Exteriores, arquetípicos, primigenios, primordiales, razas supremas escondidas, olvidadas o ignoradas por el ser humano. Seres que pueblan los infiernos, los abismos, y los sectores desconocidos de la Tierra y el cosmos, seres de pesadilla que conforman una mitología de horror fantástica e impresionante.

Howard Phillips Lovecraft y su círculo de iniciados elucubraron una aventura aterradora para engendrar los más diversos mitos de horror cósmico, creando un apartado propio en el devenir de la Literatura y en la cultura pop asociada al terror. Lovecraft fue un escritor maldito y excepcional, su vida turbulenta lo llevó a refugiarse en sus creaciones: perturbadoras historias de personas que encuentran en su camino, por destino o casualidad, pistas y pruebas de otras eras, experiencias pre-humanas o supra-humanas que llevan a los personajes al encuentro cara a cara con lo desconocido.

Nada produce más miedo que lo desconocido, más aún cuando es un miedo arcaico, reflejo de antiguos temores y secretos, cuando vislumbramos, aunque sea en ficción: la debilidad y pequeñez de nuestra especie; apenas comparada con el polvo cósmico esparcido en la galaxia.

Lovecraft escribió una serie de relatos sin orden específico, como si fueran varios universos paralelos que se despliegan para conformar su narrativa, en donde, a través de ángulos y cálculos de Matemática superior, se puede trascender la tercera dimensión para arrojarse al sumidero y teleportarse de vuelta, después de mirar confusos a través de la cuarta dimensión. Relatos publicados en revistas Pulp, que van del terror a la ciencia ficción, que exponen las tragedias de la curiosidad humana, que anclados en la ciencia y tecnología, revelan acontecimientos sobrenaturales plausibles, que nos mueven al horror absoluto y primigenio, que nos llevan, confusos y anhelantes, al despeñadero Lovecraftiano.

Uno de sus “cuentos largos” más célebres, comentados y conocidos es “En las Montañas de la Locura”, publicado en 1936 e inspirado en la narración de Arthur Gordon Pym de Edgar Allan Poe; la trama sigue a un grupo de exploradores, geólogos, biólogos y científicos en una expedición en la Antártida. Mientras Poe crea una sombría aventura náutica inconclusa, asociando los confines de los mares del sur a espejismos multicolores y a criaturas no contactadas por el hombre.

Lovecraft narra una rigurosa crónica como si fuera uno de los supervivientes de la expedición: el texto se presenta como una advertencia a los futuros exploradores sobre los riesgos de sumergirse en el blanco y helado continente. La travesía por el polo sur los lleva a descubrir las macizas montañas de la locura, escarpados picos de épocas antediluvianas que resurgen con sus enigmáticos e imposibles habitantes. Pero hay mucho más, por encima de estas montañas se eleva la meseta de Leng, la elevación más alta de la Tierra y el lugar sagrado y maligno en donde arribaron los Primordiales para extender sus dominios por todo el planeta.

En estos sitios inasibles se ubica la entrada a la gran ciudad interior, la superviviente de tiempos remotos de hace millones de años, cuando los humanos no éramos otra cosa que pensamientos desquiciados de la nada. La expedición atraviesa lo recóndito para pisar en donde ninguna persona pisó, y mirar lo que nadie nunca miró jamás: los vestigios de antiguas civilizaciones, sus adelantos científicos y sus guerras, su cultura y costumbres, su dominio y ¿extinción? Los fósiles renacen después de eones para trasmitir la exactitud de las cosas: aquellos “otros”, mitad planta/mitad animal, son los dueños, los amos y señores, los Primordiales, los poderosos y furtivos arcanos que esperan para devastarlo todo y crear de la nada, la vida y la muerte.

 En el contexto de la publicación del cuento, aún quedaban regiones inexpugnables en el globo terráqueo, por lo que la crónica pudo ser recibida como una bisagra entre la ficción y la realidad, quizá es por eso que, varios lectores y fanáticos asumen como verídicos los mitos y los engendros literarios encabezados por el Necronomicón, escrito por el árabe loco Abdul Alhazred, seudónimo de Lovecraft y personaje clave en su mitología.

El volumen se completa con los relatos: “La casa maldita”, que explora el vampirismo de una vieja casona llena de hongos abominables y resplandecientes que absorben la energía de sus habitantes, y “Los sueños de la casa de la bruja”, que conecta los aquelarres celebrados en la víspera del primero de mayo, la noche de Walpurgis, con demonios execrables del caos original.

Lovecraft utiliza parajes exóticos y lugares urbanos en desuso o semidestruidos, como morada de sus malignas criaturas que acechan desde la sombra, a la espera de seducir o asustar a los incautos. La mitología lovecraftiana es una cima en la Literatura de terror y en la ciencia ficción. Su influencia en las generaciones venideras es inabarcable, su estela se extiende por ámbitos tan diversos como el cine, la divulgación científica y los videojuegos.

Howard Phillips fue un autor de culto que aportó al género algunos de sus momentos más inquietantes e innovadores, salve Lovecraft con sus demonios y sus dioses, con sus relatos y sus cuentos, con sus mitologías y rituales, con sus excentricidades y controversias, con sus creaciones que nos acompañan en la duermevela y en la pesadilla.

El medio de comunicación no se responsabiliza por las opiniones dadas en este artículo.

La Disputa

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