COVID-19: Una historia con riesgo latente

Situación de la pandemia

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Editor La Disputa; Licenciado en Comunicación Social para el Desarrollo (2009) por la Universidad Politécnica Salesiana; especialista superior en Comunicación Social, mención TIC (2013) y magíster en Comunicación (2015) por la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. Ha participado en investigaciones sobre las formas de percepción de las personas no-videntes a través de ponencias y como coautor del volumen colectivo Tras cámara: La imagen pensada por fotógrafos (2013). Asimismo, presentó su investigación intitulada Ocularcentrismo, Cuando el sentir supera al ver (2019), trabajo que expone a profundidad   la incidencia del régimen escópico, predominio de la vista sobre otros sentidos, y su relación con las personas videntes y no-videntes por condición adquirida.

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Hacia finales del año 2019, desde la ciudad de Wuhan- China se emitieron alertas sanitarias sobre una extraña neumonía de origen desconocido. Ya para el mes de enero 2022 y luego de obtener una secuencia genómica se pudo verificar que se trataba de la cepa de coronavirus (2019-nCoV), la cual provoca la enfermedad del Covid-19 y que llevó a la Organización Mundial de la Salud OMS a través de su director general Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus a declararla el 11 de marzo de 2020 como una pandemia.

Los síntomas que muestra el SARS-CoV-2 son temperatura alta, tos seca, decaimiento, diarrea, fatiga, hipogeusia/ageusia, anosmia, entre otros. A consecuencia de su rápida propagación en todo el mundo se implementaron medidas contingentes tales como: confinamiento, distanciamiento social, uso de mascarillas, desinfección constante de superficies, lavado de manos. Esto con el afán de detener su avance y prevenir que siga tomando la vida de las personas. La crisis fue tal que existió una paralización global de actividades humanas, lo cual impactó incluso sobre la economía de varios sectores productivos.

Luego de dos años y medio aún la humanidad no retorna a su ritmo de vida habitual, pues hasta la fecha se ha advertido de una tercera ola de contagios en Ecuador, pues los casos se han incrementado en varias ciudades del país, lo cual preocupa a la ciudadanía y a las autoridades sanitarias, quienes permanentemente convocan a la gente a continuar con los cuidados y acceder a las vacunas, cuyo esquema contempla 4 dosis.

No obstante, es preciso entender por qué aún no está controlada la covid-19 y una de las primeras respuestas es la constante mutación que ha sufrido. Es así como las cepas registradas localmente y que concentran la mayor atención por sus altos niveles de transmisibilidad son: Delta), Gamma, Alpha, Mu y Ómicron; incluyendo sus variantes BA.1, BA.2, BA.3, BA.4, BA.5 y sus linajes descendientes.

Las provincias que poseen mayor presencia de estas variaciones son Pichincha y Guayas; mientras que en la antípoda se ubica a Loja, Santa Elena y Galápagos.

En otras palabras, el riesgo sigue latente y es por ello por lo que las autoridades competentes exhortan a no relajarse y adoptar los cuidados pertinentes. Más aún, cuando en el horizonte mundial se avizora el surgimiento de otras amenazas sanitarias como la hepatitis infantil, Ébola o la viruela del mono.

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