Antropólogo, comunicador social, lector empedernido, diablo de Píllaro. Realizó investigaciones en fiestas populares, teatro, literatura ecuatoriana, violencia de género y música andina.
Don
California, años 60. Un movimiento subterráneo sacudió los cimientos de la civilización occidental. Las fuerzas telúricas de la música, el amor y los excesos surgieron para experimentar como nunca antes estaba permitido. El mundo colapsó, el amor fue libre, la música fue lisérgica, el ambiente fue psicodélico. Las fronteras fueron difusas, los derechos civiles fueron reclamados, la paz se impuso ante la guerra.
La Literatura fue contexto, producto y profecía, estuvo antes y después. Entre el abanico de obras imprescindibles de la cultura hippie y new age de finales de los 60s. Se destaca “Las enseñanzas de Don Juan, una forma yaqui de conocimiento”. ¿Una obra de Antropología o de anti-Antropología?, ¿Un conocimiento superior para penetrar en los confines de la conciencia o un fraude masivo con miles de adeptos alrededor del mundo?, ¿Un libro de aprendizaje o un tratado de autoayuda? ¿Un relato académico de no-ficción o una novela de fantasía ambientada en los desiertos de Sonora, en la frontera de México y Estados Unidos?
Sin duda, “Las enseñanzas de Don Juan” es una obra controvertida, polémica y brillante; escrita por el antropólogo y gurú de la new age, Carlos Castaneda. Una tesis de maestría durante los años 1961- 1965, y publicada en 1968 en inglés por la Universidad de California. Como un libro de no-ficción: una interpretación antropológica de una novedosa forma de conocimiento: la brujería o chamanismo yaqui.
La leyenda cuenta que Castaneda realizó un exhaustivo trabajo etnográfico de campo en el desierto de Sonora. Deslumbrando a sus profesores que pidieron su inmediata publicación, acompañada de una interpretación. Pero “Las Enseñanzas de Don Juan” no es únicamente un trabajo etnográfico, es un libro iniciático. En donde el primer iniciado es el propio narrador de la investigación, de manera que el investigador se convierte en aprendiz, invirtiendo los roles tradicionales de la Antropología.
Cuestionando el etnocentrismo de la disciplina en plena crisis de la representación, y aún más; según Octavio Paz, convirtiéndose en un tratado de anti-antropología: una ciencia inversa en donde el académico se desnuda de razones, conceptos y jerarquías para aceptar, libre, nuevos matices y formas de apreciar el mundo.
Castaneda se convirtió, pasó de ser un investigador a ser un iniciado, un brujo, un iluminado, un mesías, un profeta según algunos; o un mentiroso, un estafador, vil y pusilánime traficante de sueños, según otros. Lo cierto es que, Don Juan, Castaneda y sus enseñanzas revestidas de rigor académico revelaron a un mundo deseoso de revelaciones, los secretos de un “chamanismo yaqui” que, real o ficticio, influyó de manera decisiva en generaciones de artistas, intelectuales y psciconautas.
La irradiación de las “Enseñanzas” y de Castaneda van desde el ámbito de la cultura popular y la new age, hasta el nuevo cine americano de Scorserce, George Lucas, o al propio Federico Fellini que intentó llevar a la pantalla grande una adaptación de las “enseñanzas”; pasando por estrellas de la música como Jin Morrison, Alaska, o John Lennon; figuras literarias como Anais Nin o William Burroughs; gente de la psicodelia como Aldous Huxley o Thimothy Leary; pensadores andinos y mexicas, buscadores de peyote, San Pedro, ayahuasca, honguitos; y a generaciones y generaciones de personas que buscan una espiritualidad no condicionada por la moral.
Tal vez uno de los mayores atractivos del conocimiento yaqui, instituido tiempo después casi como una religión o secta new age. Es su promesa de una vida superior que prescinde de los conceptos tradicionales del bien y el mal, omnipresentes en nuestra sociedad cristiana occidental. Para Don Juan, Castaneda, y su círculo, no se precisan “las buenas obras” para alcanzar los manjares de la iluminación. Aunque si se requiere trabajo, esfuerzo, disciplina, y otros compromisos que, en ocasiones, generan dudas sobre la veracidad de las enseñanzas. Como el cambiar de nombre y de historia cada tanto, adoptar posturas de batalla comercializadas en vhs, o pagar enormes cifras por charlas y seminarios.
Más allá de la discusión sobre su utilidad antropológica o su poca veracidad. Nos queda una obra literaria sólida, atractiva, escrita de manera bella y que potencia reflexiones en diversos sentidos.
La obra arranca con Castaneda, un joven estudiante de Antropología (de casi 40 años), atravesando el desierto para encontrar a su maestro. El chamán Don Juan Matus. El investigador revela parte de sus planes al maestro, después de varias negativas, el maestro acepta instruir y trasmitir su conocimiento. Únicamente porque Carlos pasó una prueba. A partir de aquí, Castaneda será un iniciado en el manejo de la “realidad no ordinaria”. Un sitio ambiguo en donde es arrojado cada vez que consume alguna planta de poder.
Las enseñanzas de Don Juan, resumidas, explicadas y catalogadas por Castaneda en el segundo apartado del libro, desprenden algunos conceptos, métodos, técnicas y procesos relacionados con la brujería, el chamanismo, el uso de las plantas de poder y la concepción de un “realidad no ordinaria” que definieron, de manera decisiva, los causes de la segunda mitad del Siglo XX y de lo que va del Siglo XXI. Revisaré algunos de manera breve, sin adentrarme en estas aguas profundas y pantanosas por temor a quedar seducido por el oasis.
La visión chamánica es similar a la cristiana porque ambas consideran que esta realidad no es la realidad importante; es más bien un espejismo, un tránsito, una etapa momentánea previa a la verdad, una apariencia de los sentidos como dirían los platónicos. En la visión cristiana la verdad es Dios, entonces este mundo sería una encarnación de nuestro pecado original en el cual debemos bregar acompañados de Cristo para alcanzar la plenitud en la otra vida, evitando caer al gélido abismo infernal eterno: acá, los actos deciden el destino de la vida ultraterrena.
El chamanismo, por su parte, considera que la “realidad no ordinaria” es una realidad operatoria en la cual se pueden desarrollar los más variados, poderosos y perfectos artilugios, mucho más complejos y hermosos que los permitidos en la “realidad ordinaria”; por tanto, para el chamán lo que incumbe es el dominio de la “realidad no ordinaria” lo que implica restar importancia a lo real/ordinario.
Al igual que en el cristianismo, se aprecia la vida cotidiana como una ilusión, un mal necesario que se debe sortear para dominar el manejo de la “realidad no ordinaria” en un caso, o para alcanzar la verdad-Dios en el otro. La diferencia es que en el chamanismo no se precisan los actos buenos para ascender al poder, no hay bien ni mal; acá se trata de convertirse en un hombre de conocimiento, un brujo, un guerrero capaz de enfrentar y vencer a los enemigos del hombre, capaz de seguir el camino de su corazón.
Los enemigos del hombre de conocimiento, según Don Juan, son el miedo, la claridad, el poder y la invencible vejez. Un hombre de conocimiento debe desafiar el miedo, comprender que la claridad es solo un brillo que ciega cuando no se alcanza a ver más allá, percibir que el poder no es suyo, que es prestado; y, sacudirse el cansancio de los últimos días siguiendo su destino hasta el final.
“El camino del corazón” es un concepto sencillo de repercusiones amplias, es escucharse atento, para escoger lo mejor. Este concepto plagado de términos ridículos y tiernos pulula por doquier en círculos y gremios pachamámicos, espiritualistas y de la new age, que hacen hincapié en el conocimiento y la iluminación interior, a cambio de otorgar a sus prestadores unos pocos bienes materiales inútiles para la trascendencia.
Otro aspecto por demás interesante es el procedimiento para el uso de las plantas de poder. Don Juan trabaja con 3: los aliados, la Yerba del Diablo y el Humito; y Mezcalito, un protector.
La Yerba del Diablo o Datura, es una planta para el poder y la adivinación que puede ser mortal, se emplea bajo la supervisión de un chamán, el método empleado para el consumo sigue un procesos minucioso y riguroso. De la planta se consumen las raíces, los tallos, las flores, las semillas y hasta los chinches que la habitan; también se emplean las lagartijas circundantes, cosidas la boca y los ojos, para escuchar los susurros del augurio.
El “Humito” es una combinación de plantas molidas cuyo ingrediente principal son los hongos alucinógenos, esta mezcla se prepara una vez al año y se consume fumada en una pipa ceremonial acorde a un rito menos riguroso que el de la Yerba del Diablo. El “humito” permite volar, aún más, permite trastocar la realidad y convertirse en transhumante, dejar la humana condición para ser cuervo, león o serpiente.
El “Mezcalito” es un ente incorpóreo, un protector alojado en el peyote que aparece en diversas formas para enseñar la manera correcta de vivir. Castaneda asiste a sesiones guiadas de preparación, consumo y utilización de estas plantas como una parte imprescindible de su formación como brujo. Aunque algunas de las sustancias químicas contenidas en estas plantas pueden provocar un estado alterado de conciencia, una psique ampliada, unos órganos sensoriales ultrasensibles y un razonamiento claro y eficaz; no significa que exista una realidad onírica/psiconauta operatoria, ¿o sí? La respuesta la tienen los chamanes, acá seguimos los caminos literarios.
“Las enseñanzas de Don Juan”, operatorias o no, revisten interés desde todos los puntos: siguen siendo la “descripción densa” de un proceso educativo antropológico que pone en crisis el etnocentrismo de la disciplina, al trastocar los roles de investigador/investigado por el de aprendiz/maestro en donde, se admite que el portador del conocimiento es el investigado.
También es un libro iniciático en el que millones de personas encuentran un “camino del corazón” para seguir, ayudándose a superar conflictos y a equilibrar su vida en esta asfixiante realidad; sin embargo, los mismos caminos dieron pie a múltiples engaños y trampas en las cuáles, hay pocos bolsillos llenos; y muchas víctimas de sus propias revelaciones.
Pero aún más, es una obra de Literatura de fantasía mexica que reflexiona sobre las posibilidades de la humanidad en interacción con las plantas y el cosmos a través de una historia fascinante: el drama de un aprendiz que narra/escribe en un diario de campo su proceso iniciático en la brujería, una experiencia del conocimiento de sí mismo y de las plantas de poder cercana a la muerte: una lectura inolvidable.
En los últimos tiempos, el investigador Manuel Carballal, publicó una serie de trabajos que cuestionan la veracidad de los testimonios de Castaneda e inciden a pensar en un fraude masivo. Estos trabajos ayudan a la lectura e interpretación de esta obra, vendida como no-ficción, pero que puede ser tratada como una de las mejores de fantasía de espiritualidad mixteca. Degustemos, sin fanatismos ni exagerados ritos, una hermosa novela de germen reconstructivista en el contexto del movimiento beat/hippie, la California de los 60´s y el rugido psicodélico de las plantas, la música y el amor.
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