Anécdotas expuestas

Anécdotas de la vida cotidiana de un joven con el sueño de ser escritor

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Paulo Peña Autor

Deportista. Estudiante, alegre, carismático. Le gusta escribir y leer

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Pensamientos escritos por un trovador que sueña en ser escritor, lo hago con el fin demostrar mis más profundos secretos. Como intimidades, pensamientos con los cuales me identifico como persona.

Día 1

Escribo en la madrugada, ya que, un pensamiento y un remordimiento me detiene al dormir. Doy vueltas en la cama, no consigo cerrar los ojos y estar en calma. Mi mente es como un balón que rebota y rebota de pensamientos malos y negativos. Pienso que eso es porque no me encuentro a mí mismo, no me entiendo, no sé cómo terminar con esto.

Trato de salir de ese hueco en el que estoy metido, creo que hacer ejercicio y hacer el deporte que me gusta demasiado es una forma de salir del tenebroso y profundo hueco.

Hoy empezando mi día como se acostumbra, no tenía ánimos de nada, tampoco de levantarme de la cama, quería que se me peguen las cobijas a mi cuerpo y solo estar quieto como una estatua.

Mi padre muy enojado me alzo la voz diciendo ” ya levántate no seas vago y deja la pereza”, no sabía que hacer ese momento, quería que la tierra me tragara. Llegue a la huerta, tenía que picar unas filas que me falto el día anterior, sin ánimos y sin las ganas de trabajar, admito, todo lo hice mal. Mi mente y corazón estaban en ese momento en otro lado, pensando en una persona que creo que es muy especial para mí.

Acabé mi trabajo, me fui a desayunar, mi abue me tenía preparado un rico y delicioso desayuno, ella lo hace con tanto amor a su nieto querido. Después de todo eso, salí de camino a la huerta a sentarme debajo de un árbol pensativo y se me cayeron las lágrimas. Tomé la decisión de irme y salir a la ciudad de Loja.

Antes de irme, me dio pena de dejar a mis abues solos, por mi capricho de irme. Llegue a mi casa y como acostumbro a saludar y darle un abrazo y un beso en la frente a mamá, cogí mis cosas de entrenamiento y salí apresuradamente. Me fui caminando hasta la parada con mi hermano, llegó el bus, me quedé unas cuadras abajo.

Lo único que quería es estar solo y caminar, sin tener miedo a que me suceda algo malo, llegue al gimnasio salude a todos, me abrase con mi profe y mis amigos que no los he visto en bastante tiempo, tuve unos combates de entrenamiento con mis compañeros. Golpe tras golpe me sentía feliz alegre al recibirlos, ya que, eso me hizo sentir mejor, al salir me sentía aliviado calmado y tranquilo.

Al llegar a la casa, sentía lo mismo que en la mañana: desganas. Sin ganas de bañarme ni de merendar, solo me encerré en mi cuarto a pensar y estar solo. Quería contarle una pequeña situación por la que estaba pasando a esa persona, pero me bloqueo de todo y no la culpo. Después de eso me sentía vacío, me puse a jugar en mi teléfono y eso me alivio. Ahora con muchos pensamientos en la cabeza, sin poder dormir.

Día 2

Al transcurrir la madrugada sin poder dormir por los pensamientos que tengo, me atormentan cada día, cada segundo que pasa y eso me pone intranquilo.

Llegó la mañana, esperando la hora para poder ir al entrenamiento, llegó un recuerdo malo, me desanimó Preferí quedarme en mi habitación encerrado como acostumbro, sin ánimos de nada.

Sin desayunar me quede ahí, en mi cama, tratando de conciliar el sueño y estar un poco tranquilo, transcurría las horas… A 10 de la mañana me desperté con el mismo extenuar anterior, no sabía que más hacer, me levanté, tomé un baño con agua fría. Después de eso, me sentía más aliviado.

Ordené mi habitación, estaba desordenado -como de costumbre-: ropas, zapatos, vasos tirados por el piso. Al terminar, me sentí en paz por haber hecho algo que no me gusta, pero en ese momento me gustó porque me ayudo a sentirme libre.

Mamá me dijo que vaya a la tienda. En el camino, me encontré con una persona agradable, platiqué con ella un poco, ya que, no nos hemos visto en bastante tiempo. Me comentó que dio exámenes de ingreso a la universidad, eso me alegro bastante por la empatía que sentía hacia esa persona. Le comenté, que yo igual hice lo mismo. Nos dio una felicidad y un orgullo haber logrado un poco de nuestros sueños…

Nos despedimos, ella siguió su camino y yo el mío, estaba alegre en ese momento. Al llegar a casa, revisé todas mis redes sociales a la espera de un mensaje de aquella persona que me interesa, pero no, ni uno, ni dos mensajes. Creo que lo que ella hizo está bien.

Revisé mi cuenta de Facebook, iba eliminando los contactos con los que no interactúo uno tras otro. Así pasé toda la mañana, hasta que me quedé con pocos contactos, pero conocidos y eso me agrado bastante. Me recosté en mi cama, cerré los ojos y pude dormir un poco, al despertar me vienen pensamientos de aquella persona, me pongo melancólico y con ganas de llorar, me digo a mí mismo: todo es temporal, algún rato de te vas a reír por estar así.

Llegó mi mamá, ella supo lo que me estaba pasando, me dio un abrazo y me hizo sentir el hombre más feliz que puede existir.

Me animé viendo una serie interesante, que no era lo que comúnmente suelo ver. Al transcurrir la tarde me animé a leer un libro, estuvo bastante interesante, me quedé con la intriga de seguir leyendo la segunda parte y fue así como transcurrió mi día lleno de novedades, de tristezas y de felicidad al saber que hay personas que me animan y se interesan por mí.

Al llegar la noche solo me recosté, sentí un silencio y un vacío dentro de mí hasta que me quedé profundamente dormido…

DÍA 3

Me desperté de un sueño profundo, estuve toda la mañana solo en la cama sin hacer absolutamente nada, de pronto, me dio un apetito enorme, bajé a la cocina ansioso de cocinar revisé la nevera. Sin más prisa tomé las fuentes y las ollas y me puse en “onda” con música y con una alegría hasta las nubes bailando y cantando en la cocina, decidí comprarme un “six” para pasar el rato. Debo recalcar que estaba ansioso, no sabía del porqué de mi alegría y felicidad, tal vez por mi soledad o ya me sentía mejor con mis sentimientos.

Terminé de cocinar, abrí una cerveza, la sentí fría y deliciosa como una mujer ardiente llena de sed y placer. En ese momento llegó un mensaje de una chica, platicamos, platicamos, acordamos encontrarnos y pasar un rato en la casa como dos adolescentes llenos de adrenalina y “pasión”.

Rápidamente ordené la casa, absolutamente todo ordenado para quedar bien con mi amiga. Cuando llegó nos saludamos, platicamos, al final nos conocimos a nosotros mismos, estuvimos piel a piel como dos locos desenfrenados con locura, lleno de sexo. Tanto ella como yo acordamos vernos para eso y no queríamos un noviazgo.  Fue un día maravilloso, porque fue un deseo profundo de tenernos. Discutimos que hacer toda la tarde, pero al final decidimos comprar una pizza y ver películas toda la tarde.

Ella me comento que ese día fue muy feliz, que nunca había pasado una tarde de viernes santo tan divertido, sintió una adrenalina enorme, éramos dos adolescentes jugando a ser adultos.

Llego la hora de irse a su casa, la acompañé a tomar un taxi, al llegar a la casa sentí un vacío enorme dentro de mi corazón, ese vacío era por otra mujer. Rápidamente subí a mi habitación confundido y con una botella de licor en mi mano pensativo, las lágrimas cayeron como una noche lluviosa, me recosté, cerré los ojos, me dormí profundamente. Al levantarme a la madrugada, encendí la televisión me puse haber una maratón de películas para ver si podía conciliar el sueño, pero fue inútil, sin darme cuenta, amaneció….

Día 4

Día lunes en la madrugada no podía dormí, ya no era mi estado de ánimo, era la costumbre de despertar a esa hora lleno de melancolía, estrés, pensando que voy a hacer con mi vida. Ahora estoy en una nueva etapa, llegando a la adultez, tal vez estaba así por la calificación del examen para ingresar a la universidad. El miedo de no aprobar y defraudar a mis padres, hermanos y la deshonra, vergüenza al sentir que no aprobé.

Me tenía intranquilo, no sabía que deparaba mi destino, admito seguía sin ánimos, lloré al saber que la carrera de escritor es lo que quiero estudiar y me ayudará a seguir mi camino como un hombre derecho, lleno de valores y virtudes. Ahora me doy cuenta de que soy bueno para escribir poemas, cartas, cuentos, historias, etc. Es lo que me apasiona como cuando un hombre tiene sed, satisfacer su deseo de estar cuerpo a cuerpo con su otra mitad, con una mujer ardiente apasionada he inspiradora.

 Eran las 7 de la mañana, bajé a desayunar, mamá ha preparado un delicioso jugo con tostada, salí entrenar para despejar mi mente de pensamientos negativos sobre la vida, hacer ejercicio fue una forma de relajación y salir un poco de la monotonía, al salir del parque fue tan relajado.

Luego de un día lleno de tareas que las realicé fascinado. Esperaba con desesperación la hora para ir a mi entrenamiento, pero se me hizo tarde y justo a esa hora quede en encontrarme con mis dos amigas -que por cierto son guapas-, después de tanto rollo, llegaron, rápidamente nos fuimos a visitar un licenciado de la academia, pasábamos con pretexto de saludarlo y no era así, lo llevamos con nosotros a local de comida rápida a comprar una pizza la pasamos genial conversando, riéndonos y molestándonos.

Al llegar a casa, no estaba mi mamá la espere a ella para merendar juntos, cuando llegó, le comenté lo bien que la pasé esa tarde y saben que amigos, dialogar con mamá es la mejor forma de sentirse bien, recogí los platos me puse a ordenar nuevamente la cocina, cansado tome una ducha y me recosté hasta quedar dormido de melancolía y el vacío de mi corazón que últimamente me invade.

Día 5

Me he dado cuenta de que al escribir lo que sucede en estos días, solo les he comentado en lo mal que me he sentido y la desesperación desenfrenada que invade mi corazón, tal vez sea por el apego o porque me aferro mucho a una persona. Ahora ya estoy un poco más tranquilo, rodeado de personas maravillosas que hacen mis días fascinantes.

Me he puesto a reflexionar sobre lo que ha pasado, me ha servido como lección de madurez, claro, todavía no puedo sacarla de mi cabeza es algo que todavía no supero, pero pasará.

Hoy martes me desperté una motivación enorme que desde que empezó la mañana puse música para escuchar en mi cuarto, cantaba de felicidad. Mi mamá se molestó por el ruido que estaba haciendo a pesar de ser tan temprano, le dije que la vida no es para estar triste a lo que ella me respondió: baja a desayunar y me lavas los platos. yo sin pensar bajé, terminé y me puse a arreglar.

Después espere que sea más tarde para salir a trotar, me fui con mis audífonos puestos escuchando música en alto volumen, llegué al parque caminando lentamente, con más motivación volví a correr, di ocho vueltas alrededor de la laguna. Llegué a casa a revisar mis redes sociales sin darme cuenta me he quedado dormido, apareció una nube sobre mi cama que me daba paz y tranquilidad. 

Ahora estoy esperando ansiosamente el almuerzo y esperando la hora para ir a mi entrenamiento. Ahora me encuentro preparándome en el gimnasio, preparándome para unas competencias que se acercan, estoy muy ansioso por pelear, por recibir golpes en mi cuerpo.

 En el entrenamiento luché con diferentes personas de peso y edad y créanme me sentía en el paraíso con personas magníficas. Terminé el entrenamiento solo, ya que así se lo hace de mejor manera.

Llegué a casa me encontré con mi papá, nos saludamos con un abrazo, me sentía mucho mejor, tuvimos una conversación con él y mis hermanos respecto a una situación importante para él, la pasamos genial. Luego de lavar la cocina, fui a ducharme, canté como una estrella, como bohemio. Al decir verso tras verso me imaginaba cantándole a una chica especial y a la vez me reía porque solo era mi imaginación. Terminé de ducharme cansado, decidí ver una serie y sin darme cuenta me dormí.

Día 6

Tengo claro que mis pensamientos ahora ya son positivos, he tenido mucha paciencia para hacer las cosas bien, con mucha calma y tranquilidad, ahí es cuando encuentro un circulo fascinante, lleno de felicidad y paz: al esperar situaciones que deseo en lo más profundo de mi ser, encontrarme a mí mismo.

La mañana estuvo lluviosa, tuve ganas de estar acostado en tu cama mujer, sentir el cobijo y calor de tus sabanas ásperas y gruesas, que transmiten una sensación de calidez, acompañado del sonido de la lluvia que es una sinfonía para tus oídos.

Voy mejorando mis ánimos y sentimientos, tuve la dicha de salir a distraerme con más ejercicio, salí a caminar escuchando un poco de música, hice lo que más me gusta que es leer y escribir. Eran las 15:00, tuve ansiedad. Me sedujo la idea de irme al cantón Catamayo, me levanté de la cama rápidamente, me vestí apresuradamente y sin pensarlo estuve en el bus viajando. En ese instante le escribí a un amigo, que estoy yendo para allá, tuvo la idea de irnos a un prostíbulo. Imaginándome como es ese lugar y pensando 2 o 3 veces si irme o dejar pasar una experiencia más en mi vida, le dije que sí.

Íbamos por las calles desoladas, era una noche tan fría -yo abrigado hasta el cuello-, tomamos rumbo fijo al lugar acordado. Al llegar en ese lugar recóndito sentía nerviosismo, ya que, no conocía esos lugares, Tampoco como eran las mujeres en el trato físico y psicológico.

Al entrar me percaté que no había muchas mujeres, si eran guapas, no hay que negarlo. Estaban semidesnudas, las bragas al tope de sus mejillas encarnadas, pensaba en ese momento que yo no nunca me he desnudado, jamás he podido entrar en unos brazos, ni siquiera por un momento. Tenía tantos cuestionamientos y pregunta, al final me di cuenta de que ese no es mi lugar, ya que, no me gustó, ni me llamó la atención. Me tomé 2 cervezas, salí de ahí y sin rumbo llegué a mi hogar somnoliento y con el pensamiento de aquella chica que sigue siendo mi sol.

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