¿Está de acuerdo con la eliminación del examen de ingreso a la Universidad? Sí, ¡Por supuesto que sí!

Análisis sobre la Universidad ecuatoriana y la eliminación del examen de ingreso

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Runa por naturalización, orgulloso de serlo.

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Sin embargo, la sola eliminación del examen no constituye ninguna ventaja. ni mejoramiento al libre ingreso. Esto tampoco aportaría mayormente a alcanzar el objetivo social tantas veces enunciado de mejor calidad, democratización y hasta progreso social.

Curiosamente, las Universidades ya están pronunciándose por el incremento del presupuesto para la Educación Superior basados en la coyuntura política que planteó el paro del “Inti Raymi” y sus 10 puntos de agenda de lucha; lo cual demuestra claramente el oportunismo grotesco al estilo del capital neoliberal de estas instituciones, y con ello, su visible alianza con la burguesía local y el poder internacional.

En el supuesto, no consentido, que la formación profesional allana el camino hacia nuevas oportunidades de progreso personal por medio del empleo, es necesario aclarar: ¿A qué empleo se refieren?, ¿Tal vez a aquel que darían la empresa pública y privada?, ¿A cuántos profesionales van a absorber específicamente?, ¿A 100.000 egresados?, ¿A los 300 000 que ahora aspiran a ingresar a la universidad? Y si la respuesta es sí, aclaremos, ¿En qué campo de trabajo o actividad los van a poner? Qué se yo… A 20 000 médicos, o quizá 30 000 abogados, o, ¿aunque fuera 3 000 ingenieros?

El reclamo presupuestario para las universidades me hace deducir que están formando profesionales para mantener una estructura educativa que se ha constituido en un negocio que “forma” profesionales “por formar”, sin ninguna perspectiva de trabajo, ni aporte a la comunidad. Bajo estas circunstancias es probable, que las mejores universidades sean aquellas que reciben a estudiantes hijos de la ya popularmente conocida “gente de bien”, que tiene recursos (vaya a saber cómo) para pagar matrícula o pensión alta, hacer prácticas en el extranjero y quedarse en el exterior a aportar lo que han aprendido con el sacrificio de nuestro país.

Yo miro otra perspectiva de solución al problema de hambre, insalubridad, desamparo, inseguridad, corrupción, sometimiento y engaño que vive nuestra sociedad y en aquella perspectiva la universidad tiene otro papel.

Pero nuevamente, en el supuesto -no consentido- que se le diera a la Universidad pública, los recursos que requiere o dice necesitar para admitir a todos los estudiantes. Ella los admite, los nivela, discrimina sus aptitudes, los instruye al más alto nivel y los egresa como profesionales de la república, ¿Acaso no irán a hacer fila en los supuestos proveedores de empleo y a ofrecerse por miserias, que ni siquiera recupera el esfuerzo entregado en el trabajo diario ni el de sus familias, en evidente precarización profesional? Eso ya sucede hoy.

Los aspirantes para ingresar a la universidad son algo más de 300000 y se requeriría al menos esa cantidad de plazas profesionales de empleo, si van a ser admitidos. ¿entonces? Estará claro que tampoco la entrega de recursos a la Universidad resuelve el problema.

Sin duda y siguiendo la misma línea de cuestionamiento, los proveedores de empleo: la empresa, los innovadores, la industria y comercio local, ¿producen algo?, o ¿simplemente reproducen ese algo? Porque, si efectivamente hay producción, entonces necesitan profesionales de tercero y cuarto nivel, caso contrario, es reproducción y esto es “copy paste”, es concesiones, patentes, marcas, contratos y otras formas de extracción de plusvalía.

Les interesa un producto barato, de cumplimiento básico de características, o de evaluación sesgada, ¡ojalá ninguna! y presionan por ello, manipulando leyes, ideologizando en valores del mercado, creando necesidades que no son tales, colocando autoridades y otras formas visibles y sutiles de control social y político, el control de calidad de producto no sucede. En este caso ya no es necesario tantos profesionales, generando con ello una condición de baja oferta de trabajo para mano de obra de alta o media calificación.

¿Y la universidad? Mirando los toros desde lejos, formando profesionales que no usarán sus conocimientos y exigiendo dinero para seguir en lo mismo (En tiempo de pandemia y muchos otros casos, fue clarísima la escasa participación de estos sectores, de todos los niveles, con propuestas de ciencia y tecnología, que no fuera sacar tajada).

¡La Universidad no está vinculada a las necesidades de la comunidad su interés es sobrevivir sin compromiso cumpliendo un paradigma pedagógico vinculado a los sectores de poder económico y sus tareas operativas!

La universidad ha adoptado los procesos y procedimientos establecidos en los centros hegemónicos globales y manifiestos en los organismos de certificación internacional para los centros de formación superior, forma, adoctrina y produce profesionales según dicha exigencia, que no es otra que aquella del ordenamiento en curso, que es exportador, acrítico y en lo local operativo.

Entonces, el nivel académico baja para el consumo local, los pensadores de estudio no cambian, se eternizan los contenidos de clase, los profesores tienen solo formación académica y de procedimientos, su validación es por cuánto escriben, (de temas que no tienen aplicación para nuestra realidad y muchas veces ni para la ajena), o el número de horas dictadas.

Bajo este esquema, la investigación no es importante y los académicos de alto nivel se atrincheran en la universidad y pugnan por participar en los niveles administrativos que garantice su valoración (¿El PHD como requisito para ser autoridad universitaria?). La estructura universitaria sufre importantes deformaciones que retienen aún más el lograr un papel universitario vinculado a los intereses de la comunidad.

Por lo dicho, la vinculación con la colectividad es solo discurso y se transforma en beneficencia o campo de observación, se requiere y admite profesores que no conocen aquello que enseñan, sino en el papel (lo cual estaría bien si su trabajo a futuro sería teórico). El facilismo predomina y claro estará entonces, se pierde criticidad, creatividad y nivel para abordar los problemas sociales con verdadera objetividad. No es extraño, encuentran exclamaciones de estudiantes y aun profesionales que reclaman que la Matemática no les sirve para nada, ni en la vida, ni en la profesión.

Sin duda, el problema no se soluciona eliminando los exámenes de ingreso, ni la Senescyt, pues responden a un papel asignado por el sistema productivo nacional y este a aquel que asigna sistémicamente el poder global y sus lacayos de servicio, en lo local.

De manera particular creo en otra estrategia social: la comunitaria.

Pero ya que de transar se trata, porque no exigir que el aparato productivo nacional se haga cargo de los profesionales que la universidad egresa, y que para ello produzcan los bienes, productos y servicios que ahora dice producir o a futuro lo haga, con calidad; medida ésta, por criterios tales, que “naciendo de la colectividad”, sean validados por la universidad (allí hay trabajo para los investigadores y práctica para profesores).

Seguramente dichos sectores y académicos también nos dirán que los productos se encarecen; pero, revisemos sus costos y verán los márgenes de ganancia que están dejando tales productos (Yo he comparado con procesos en el extranjero).

Hagamos que los tales productores ganen de acuerdo con su nivel de formación como cualquier otro profesional en nuestro país, que tributen y repartan sus utilidades, por supuesto para ellos también, como corresponde por ley, con los criterios de calidad establecidos y con seguimiento (¡más trabajo!), mejoremos materia prima local, en calidad y precio (¡producir más y mejor!, otra vez más ocupación) y entonces, estaremos iniciando un proceso virtuoso de producción. (no creo que dure mucho debido al poder externo, pero ganaremos en independencia y autonomía de ciencia y tecnología en especial).

De esta manera, la Universidad podrá exigir recursos de acuerdo con los egresados que trabajan en lo que fueron formados y se encuentren en la remuneración de su grado, lo cual sería más justo. Así también, la universidad se evaluaría por el aporte al conocimiento que hacen sus egresados e investigadores y sin duda también por los trabajos de sus profesores en su grado y nivel. Los proveedores de fuentes de trabajo incluidos los comunitarios, deberán acudir a las universidades para las formaciones específicas especializaciones e investigaciones, Así crecería la universidad y sin duda crece el país.

Pero, para empezar, la universidad debe presentar estrategias, en cada campo del conocimiento para la ampliación de la ocupación profesional. Presentar propuestas de solución productiva y optimización, incorporación de sus egresados al sector productivo: con productos satisfactores sociales, propuestas de organización productiva comunitaria, industrial y empresarial que miren a la generación de tales satisfactores. ¡Una nueva Universidad!

¡La calentura no está en las sábanas! Dice el refrán popular ya olvidado y por ello es necesario redondear la acción de eliminación del examen de ingreso con muchas otras acciones. Digo también otras, que eliminen la picardía del poder de sacar tajada de todo y siempre perjudicar a los más pobres y necesitados. En este caso descriteriados actores del sistema educativo nacional en especial del superior.

Hasta aquí mi respuesta.

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