Educación Superior: los cupos que nunca llegaron

0

Las historias que cuentan sobre el ingreso a la universidad son desalentadoras, pero este panorama se volvió algo más estresante, cuando en 2010 se creó la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), luego de expedir la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES).

Pero si revisamos la historia, el libre ingreso a las universidades: fruto de una lucha que finalizó el 29 de mayo de 1969, permitía que cualquier persona accediera a un cupo universitario, sin importar si venían de un colegio público o privado, estatus económico o vínculos familiares.

Sin embargo, en el año 2012, se elimina esta figura, al establecer la obligatoriedad de rendir el Examen de Educación Superior (ENES), como requisito para postular a una institución de educación superior pública en el país.

Esta obligación significó una cuesta arriba para los bachilleres, quienes buscaron alternativas de preparación, como los llamados pre-universitarios, que, en muchas ocasiones, tampoco fueron suficientes.

Según la publicación de Faro titulada “El examen de acceso a las universidades”, el número de postulantes a un cupo universitario se redujo un 39% entre 2019 y 2021. Uno de los datos más relevantes, es que, desde 2012 hasta 2021, no existió concordancia entre el número de cupo ofertados y el número de cupos demandados por los postulantes, es decir, siempre existió un grupo de estudiantes, sin acceso a educación superior.

Aunque el examen tenía por objetivo mejorar las capacidades de los profesionales en el país, a través de un proceso transparente que garantice la igualdad de oportunidades, la realidad era otra. Pues, muchos estudiantes no pudieron acceder a un cupo universitario, acortando aún más sus posibilidades de conseguir un trabajo digno. Orillándoles a buscar universidades privadas, que no siempre están al alcance del bolsillo de los padres.

Existen varios puntos de vista al respecto, para algunos, lo mejor era eliminar el examen que no garantizaba el acceso a la educación superior; para otros, no soluciona nada, pues la problemática central es la falta de cupos disponibles para los estudiantes de bachillerato que se gradúan cada año.

Es decir, no existe una política adecuada sobre Educación Superior, de hecho, el presupuesto para las universidades estatales es reducido, lo que empeora la situación de las instituciones, que no pueden brindar las condiciones adecuadas para sus estudiantes.

Luego están las dificultades de la prueba, no estaba dirigida a un estudiante promedio. Si bien existía esta idea de elevar el estándar, no se ajustaba al tipo de educación que reciben los alumnos en un establecimiento público. De hecho, la única oportunidad que tenían era acceder a un pre universitario; y, aun así, no existía la certeza de aprobarlo con una buena calificación.

Además, con la economía actual, es impensable que una familia con bajos ingresos, con una sola persona con sueldo fijo, que tiene a su cargo mantener el hogar, pueda pagar los costos del dichoso “pre”.

Los puntajes eran otra incertidumbre, pues de ello dependía la carrera a la que, el estudiante podía ingresar.

En todo caso, la última prueba Transformar fue rendida el 2 de septiembre de 2022, de hoy en adelante, ya no será necesaria para ingresar a las universidades públicas, pues cada institución se encargará de establecer su propio mecanismo de admisión, con total autonomía.

Para mí, la Educación Superior se ha convertido en un privilegio para muy pocos, ingresar a esos espacios de la academia debería ser un proceso sencillo y sin complicaciones, que permita a los jóvenes entrar por la puerta grande, sin necesidad de tantas trabas.

No estoy segura si quiero dormir tres días a las afueras de una universidad para conseguir un cupo y no creo que nuestros hijos, se merezcan este maltrato. Tampoco estoy de acuerdo en el hecho de que, tantos postulantes no hayan obtenido un cupo para la universidad, lo que quiero decir, es que el sistema tiene falencias, sin importar si existe una prueba de ingreso o no, y eso es lo que debemos reforzar.

Quienes van a gobernar o dirigir este país deberían tener todas las oportunidades disponibles, para tomar decisiones acertadas sobre su futuro, pero las limitaciones actuales no les permiten, ni prepararse; mucho menos, pensar en el mañana con algo de optimismo.

Nota aclaratoria: este artículo no promueve un lenguaje sexista y está de acuerdo con el uso del lenguaje inclusivo. Pero no utiliza los pronombres el/la los/las o les, para evitar posibles confusiones.

Referencias:

El Universo. (18 de julio de 2022). Se podrá admitir al estudiante en la educación superior únicamente con la nota del examen de grado tomado por el Ministerio de Educación, según Senescyt. https://www.eluniverso.com/noticias/ecuador/se-podra-admitir-al-estudiante-en-la-educacion-superior-unicamente-con-la-nota-del-examen-de-grado-tomado-por-el-ministerio-de-educacion-segun-senescyt-sera-potestad-de-universidades-nota/

Faro. (2022). El examen de acceso a las universidades. https://grupofaro.org/wp-content/uploads/2022/08/FS-Examen-de-acceso-Universidades_compressed.pdf

La Disputa, visita nuestras redes sociales:

Facebook

Instagram

Encuentra otros artículos del autor: Gabriela Vivanco

El medio de comunicación no se responsabiliza por las opiniones dadas en este artículo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí