Orgullo LGBTIQ+ en Ecuador un país altamente heteropatriarcal.

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Comunicador social. Indigenista, activista por la diversidad sexual, feminista y militante por la defensa de derechos humanos. Reivindica el otorgamiento de derechos a la naturaleza para la protección del planeta Tierra. Cree que la semiótica permite entender las múltiples construcciones simbólicas de los seres humanos, por ello conceptúa que entendiendo y respetando al otro, se podrá generar contextos sociales inclusivos.

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Orgullo, Orgullo, Orgullo

Traveca, transformer, monstrua, lencha, vestida, mijita, mamita, maricón, tortillera, maricona, meco, mariquita, tijeras, loca. Son algunas de las palabras que tenemos que escuchar las personas de la comunidad LGBTIQ+ en nuestra cotidianidad.

¿Te imaginas lo que implica sentirte extraño con lo que eres? las personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ a lo largo de nuestra vida sentimos que no encajamos, puesto que mientras crecemos, las personas en nuestro entorno generalmente son heterosexuales, es decir erradamente se naturaliza la heterosexualidad. Incluso en el sistema educativo recuerdo que me enseñaron el ¨ciclo vital normal¨: nacer, crecer, “reproducirse” y morir, al gustarme una persona de mí mismo sexo ¡no sabía cómo cumplir mi ciclo de vida!

Sentirse “anormal”, “antinatural”, “extraño”. Es parte del día a día, de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+. En un Estado en el cual, no se hacen esfuerzos para brindar una educación sexual idónea a las personas, porque obviamente ¡con mis hijos no te puedes meter!

El heteropatriarcado es un sistema sociopolítico en el que los individuos hombres y mujeres heterosexuales tienen preponderancia sobre las mujeres y los distintos géneros. En Ecuador existe una ideología dominante, en la cual se establecen distintas nociones tradicionales de roles de género. Generando que los sujetos adopten ciertas actitudes y conceptos sobre lo que se considera como masculino o femenino.

La ideología conservadora ecuatoriana erróneamente determina que lo delicado, débil y suave está ampliamente relacionado con las mujeres mientras que, lo rudo, grosero y tosco está relacionado con los hombres. Todas estas nociones establecidas en los ecuatorianos, hacen que todo lo que salga de su concepto equívoco sea visto como inferior, es por ello que existe violencia hacia los miembros de la comunidad LGBTIQ+, ya que, los mismos salen de su marco referencial.

Al Estado ecuatoriano y a sus dirigentes políticos no les importa la diversidad sexo-genérica. Solo en 2019, se registraron 16 muertes violentas de miembros de la comunidad LGBTIQ+ según datos de la Asociación Silueta X, denotando que el heteropatiarcado y la masculinidad hegemónica pueden llegar a matar… Es sumamente doloroso ver como tu comunidad está siendo asesinada y torturada en clínicas clandestinas de conversión de la identidad sexual.

Toda la sociedad ecuatoriana es cómplice de los múltiples asesinatos y de las violaciones a los derechos humanos, porque ¡si señora cuando usted se burla del “afeminado” de la casa de al lado es cómplice! ¡si usted señor que con sus amigos se enorgullecen de su masculinidad es cómplice!, ¡usted señor religioso cuando genera discursos de odio desde su cosmovisión también es cómplice!, ¿Hasta cuándo vamos a voltear la mirada, para no ver nuestra realidad ecuatoriana? ¡Los maricas no desapareceremos y simplemente nos tienen miedo porque no tenemos miedo!

El medio de comunicación no se responsabiliza por las opiniones dadas en este artículo.

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