Una joven llena de sueños que aspira a convertir su forma de pensar y escribir en una fuente de conciencia e inspiración para los demás; que al final de cada verso, los sentimientos encontrados hagan del lector una mejor persona y de este mundo un lugar más pacífico para vivir.
Como ya hemos escuchado,
como ya hemos visto,
la conquista desde sus inicios
no fue más que crímenes y
castigos disfrazados de necesarios,
en nombre de un supremo ser.
Aquellos, los blancos ¡esos desgraciados blancos!
en la industria textil hasta los niños fueron explotados;
el indígena en la mita,
cansado de vivir lo mejor era morir
¡Pero que gente tan débil!
exclamaba el blanco infeliz.
No había otra opción,
traer esclavos negros era necesario,
Mientras el indígena se regía a un contrato
condenando su vida y a su futura generación
¡A una horrible maldición!
llamada trabajo duro y explotación.
Pero los indígenas no se dejaron,
¿Por qué me tratan así si esta es mi tierra? Pensaron.
Rebeliones pasivas y abiertas iniciaron,
pero ¡Hablar Kichwa y manifestar su cultura les negaron!
cuánto habrán llorado.
¡Oh español desgraciado!
cuánto daño has causado.
(La conquista, poema de mecanismos de explotación y resistencia indígena)
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