El voto nulo es resistencia y lucha- Carta al Consejo Nacional y a la militancia del Partido Socialista Ecuatoriano

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Directora del medio de comunicación La Disputa, Gestora de proyectos de tecnología y de comunicación, Magister en Comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar, investigadora en el ámbito de la Comunicación y Educación. Escritora de narrativa y poesía por afición.

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Quito, 08 de abril del 2025

Compañeros Consejo Nacional del Partido Socialista Ecuatoriano

Compañeros Militantes Partido Socialista Ecuatoriano

Saludos cordiales,

Dados los acontecimientos electorales presentes, considero pertinente hacer pública ante ustedes esta carta formal sobre mi pensar y sentir acerca de la decisión del Consejo Nacional del partido, en el llamado “Apoyo crítico a la Revolución Ciudadana liderando la candidatura presidencial Luisa González”.

De igual manera, esta carta va dirigida a todas las personas que conocen mi trayectoria política (familiares, amigos, compañeros de varias organizaciones, conocidos, entre otros y otras) que votaron por el Partido Socialista Ecuatoriano en la primera vuelta electoral; en virtud del respeto y consideración que les deparo.

A partir de una lectura responsable de la segunda vuelta electoral, me he tomado el tiempo para hacer un análisis de coyuntura respecto a la problemática actual; de la que se desprende mi posición frente a la decisión del Consejo Nacional del PSE.

Antecedentes

Provengo, desde mi temprana juventud, de la lucha más que nada social en el movimiento estudiantil y en el sector profesional del ámbito privado. Dentro de un marco de pensamiento basado en los principios de la lucha de clases, anticapitalismo, feminismo de clase; que cree en el camino socialista revolucionario como la vía para la emancipación y autonomía de los sectores subalternos, a partir de la construcción de herramientas para la transformación del Estado y la sociedad, con amplia participación democrática de base, en un país plurinacional y unitario; he promulgado, así, el respeto a las minorías cuando fui estudiante en la universalidad pública. Rechacé, siempre, la lectura identitaria liberal como expresión política.

Bajo este antecedente y desde el ejercicio comparativo entre mi línea ideológica y la base del pensamiento que promulga el PSE en su estatuto actual, tomé la decisión de adherirme al partido. Referentes revolucionarios como Laura Almeida, Telmo Hidalgo y Manuel Agustín Aguirre, me motivaron a participar de un proceso de militancia para con el ánimo de disputar las estructuras del Estado burgués, mediante la vinculación con las organizaciones sociales y el pensamiento político revolucionario que han generado varios de los militantes a lo largo de su historia.

Creo en un concepto de partido diferente

Prácticamente, en el Ecuador son contados los partidos de carácter revolucionario que observan el planteamiento de Lenin; es decir, que cuenten en sus filas con profesionales a quienes les es propio un alto nivel de conocimiento en la teoría marxista; poseedores de una disciplina comprometida —en ciertos casos clandestinos—; con una digna capacidad de liderazgo para dirigir; atravesados por una estructura jerárquica rígida. Por el contrario, tenemos, en el mejor de los casos, partidos reformistas que no buscan construir un nuevo estado socialista; más bien, son asideros políticos de tipo burgués, de izquierdas que disputan al capitalismo reformas económicas puntuales. Partidos de espectro tan amplio,  que caen en una débil formación política; promulgan, como teoría,  el espontaneísmo.

Lamentablemente, esta ausencia de formación política, y de valores y principios, ha desembocado en la existencia de partidos que no van más allá de constituir organizaciones de papel; que se mueven cada dos años con ocasión de las elecciones seccionales y presidenciales. En la actualidad, sucede lo propio con el PSE: muchos adherentes aparecen solo cuando es época de elecciones.

Desafortunadamente resulta la circunstancia de mirar que, después de toda la historia que lleva detrás el Partido Socialista Ecuatoriano, se haya convertido en un partido meramente electorero (parte de la estrategia para disputar el poder); con lo cual, abandona el énfasis en la vinculación con las organizaciones sociales, la lucha contestataria, la construcción de un pensamiento de valores en sus filas y la formación política. Por supuesto, existen compañeros y compañeras dentro del partido que no han claudicado, que todos los días se preparan y trabajan en cada uno de sus espacios para edificar una realidad diferente; por ellos y ellas, también, hago pública esta carta con mi posición sobre la actual situación del partido frente a las elecciones; por el respeto que les profeso.

Desde este antecedente, me he permitido ser disciplinada y orgánica, pero siempre crítica, esta vez no puedo serlo y apoyar la decisión que ha tomado el Consejo Nacional del partido con respecto a la segunda vuelta, la organicidad viciada a los intereses personales de sus dirigentes lejana al estatuto doctrinario del partido, esto  no puede estar por encima de mis principios, mi pensamiento y mis valores, MI VOTO SERÁ NULO Y LO HAGO PÚBLICO EN TODAS LAS INSTANCIAS.

A continuación, ofrezco un análisis sobre los argumentos respecto al VOTO NULO

El Problema Oligárquico y por qué no apoyar a Daniel Noboa

En la formación social ecuatoriana, la familia Noboa ha sido parte determinante de cómo se realiza el proceso de explotación capitalista y de la dominación política. En términos económicos, mantienen el monopolio de varios sectores de la economía, principalmente los de primera necesidad como: exportación de banano, la producción de aceites, la harina, la avena, azúcar, papel, jabones, electrodomésticos, navieras, papel y cartón entre otros menores como bancos, aseguradoras, agroindustrias del pescado y camarón. Como cuota de mercado en la exportación de banano tienen cerca del 25 % con un patrimonio de cerca de los 2000 millones de dólares.

Actualmente, la familia Noboa tiene deudas pendientes con el Estado que ascienden a 90 millones de dólares (dato reportado por el SRI). Este grupo económico tiene un legado histórico de atropello de los derechos de los trabajadores bananeros; su política patronal ha consistido en perseguir a sindicatos y dirigentes, en el pago de salarios por debajo del mínimo establecido por la ley, el irrespeto a la legislación laboral, y en convenios con la OIT; prácticas que, en su momento, fueron categorizadas como “LUMPENBURGUESÍA”.

El análisis de la evolución de esta familia, con relación al Estado ecuatoriano y el poder político desde sus inicios, denota que la riqueza de los Noboa fue bastante cuestionada. Recordemos la trágica muerte de Folke Anderson y cómo su imperio bananero de los años 50-60 (del siglo pasado) pasó a manos de Luis Noboa Naranjo; entonces, el Partido Social Cristiano fungió cual garante de los negocios del emporio Noboa, a través de la representación política de  figuras como Camilo Ponce Enríquez y, posteriormente, León Febres Cordero. De similar forma, pese a esa representación directa de la oligarquía guayaquileña por parte del PSC, Noboa Naranjo compraba (con dinero, prebendas o cargos en los distintos gobiernos) al resto de partidos de la papeleta electoral.

A la muerte del abuelo de los Noboa, toma el mando su hijo Álvaro; y la pugna por la herencia entre hermanos —involucrados en una serie de escándalos— constituye la primera gran ruptura interna de la oligarquía. La disputa entre Febres Cordero y el mayor de los Noboa; de aquí deriva la necesidad de romper con los intermediaros políticos como el PSC y el PRE. Así, pasan a crear su propia organización, el PRIAN, con Anabella Azín a la cabeza, quien comienza su trabajo social de beneficencia, desde mediados de los 90 hasta la fecha. La familia Noboa ha construido capital político en los barrios subproletarios del país, a lo largo de casi 30 años; tres décadas de proselitismo político con beneficencia, cuyo gran apalancado es el actual presidente de la República del Ecuador, Daniel Noboa Azín. 

El PSC, como representante de la oligarquía, ha ido perdiendo espacio sobre la marcha del tiempo; en primer término dado que dejó de ser el intermediario directo de esta oligarquía. En segundo término fue el PRE y en la década correísta, Alianza País fue su representante político en la asamblea y el gobierno; con lo cual garantizó sus prebendas y el incremento de la acumulación de sus ganancias.

Daniel Noboa Azín, a diferencia de su padre, llega a la política con ese capital y con un perfil bajo. Primeramente, en la Asamblea Nacional se posiciona a favor del correísmo como asambleísta independiente. Luego, adquiere —de forma dudosa— el partido con el casillero 7 ADN, con el que participa en las elecciones del 2023; corolario, fue elegido presidente.

El actual gobierno, en corta duración, ha promocionado ciertas reformas en el sector de la educación, ha mantenido una posición antiobrera; desde el impulso fallido en la reforma al Código Laboral. Adicionalmente, se ha visto involucrado en escándalos de corrupción como el caso Olón, Barcazas, Desayuno Escolar; y, el último, el del campo Sacha; todo ello dentro de un país atestado por el crimen organizado.

Su política de Plan Fénix —más allá de los recursos recaudados por el incremento del IVA— no ha sido eficiente a la hora de reducir significativamente el efecto del “hampa”; por el contrario, se ha visto involucrado en inobservancia a los derechos humanos, como el asesinato de cuatro niños, en la población de Durán, provincia del Guayas.

El irrespeto a la normativa por parte de Daniel Noboa le ha generado críticas por parte de la prensa; a pesar de ello, en este corto tiempo, no se han visto grandes movilizaciones en contra de su gobierno. Ello se debe al desgaste y división del sector popular, a sus propias contradicciones y al surgimiento de la quinta columna correísta.

En el campo de la lucha de clases, no ha tenido, todavía, mayores enfrentamientos con sectores obreros; en medida que ha realizado ciertas concesiones en el pago de deudas a docentes, al IESS; y en el momento de confrontarse con el movimiento indígena por la construcción de la cárcel en Archidona. En este último caso, a pesar de que hubo intervención militar, terminó cediendo a las demandas; sin mayores conatos de incidentes.

Este periodo corto nos evidencia la prepotencia del gobierno de Daniel Noboa en términos de irrespeto a la ley. La reflexión sobre su fuerza en el campo de la lucha de clases, nos habla de que la correlación de fuerzas es débil; su base social es clientelar, poco militante y mínimamente orgánica. En consecuencia, ha decidido no confrontar de forma directa con los adversarios políticos. Ello no significa que en un probable gobierno de cuatro años se prive de exhibir una posición mucho más autoritaria y violenta respecto a la disidencia. Pero, «En 2 años lo sacamos», reza el argot popular. 

El populismo, el conservadurismo y la corrupción, por qué no apoyar al correísmo

Rafel Correa y el Capitalismo realmente existente

En 2005, gracias a una crisis política en la que la oligarquía costeña no podía ejercer la hegemonía a través de partidos como el Social Cristiano, se generó un vacío de poder.  Las clases que no habían participado de la gestión del Estado, reclamaban su espacio,  sobre todo en la ciudad de Quito: intelectuales, la pequeña burguesía profesional y estudiantes universitarios; ellos organizaron la llamada “Rebelión de los forajidos”; sin liderazgos definidos, pero con personajes herederos de la vieja Democracia Cristiana, como Rafael Correa Delgado y María Paula Romo; que surgen a la sombra de Oswaldo Hurtado y Gustavo Noboa. Así, se vuelven figuras públicas visibles en el gobierno transitorio de Alfredo Palacio.

En esta segunda etapa empieza a verse el rostro conservador del gobierno de Alianza País: se intensifica la política extractiva y se inaugura la minería a gran escala. Sucede una reforma política, a través de la Consulta Popular, que persigue concentrar el poder; a través del control de la justicia. Mediante la política educativa, en cambio, se emplaza la exclusión de los sectores populares de la universidad pública y la creación del Bachillerato Unificado.

La lucha de clases y la Revolución Ciudadana

  1. La década saqueada

La izquierda, si tiene el membrete de “revolucionaria”, siempre se ha encargado de ser íntegra, y de defender los recursos nacionales desde una visión patriótica. En su momento, el PSE denunció el saqueo de fondos en el Feriado Bancario. Entonces, ¿cómo es posible que hoy se opte por defender al gobierno más corrupto de la historia nacional? Sabemos que el correísmo se ha caracterizado por los casos de corrupción en todas las instancias del Estado. Entre las corruptelas más emblemáticas del correísmo es posible mencionar las siguientes: Caso Sobornos, Caso Odebrecht, Caso Duzak, Caso Petroecuador, inexistente Refinería del Pacífico, Caso Metástasis. De ellas se desprenden sentenciados como Rafael Correa —asilado en Bélgica y judicializado por cohecho—; Jorge Glas, privado de libertad, con dos sentencias en firme y dos investigaciones abiertas por malversación de fondos e intimidación. Y una gran cantidad de exministros, funcionarios públicos y empresarios.

Compañeros, tenemos la memoria frágil, recordemos, además, al ministro Raúl Carrión; el “come cheques”; al ministro de energía Alecksey Mosquera y su famoso “acuerdo entre privados”; y, los recientes 80 millones de dólares en las Escuelas del Milenio, del exministro Fander Falconí.

El país tiene una gran deuda con la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), con Julio César Trujillo, y con el activista Fernando Villavicencio. La única obra buena del expresidente Lénin Moreno estriba en haber develado la podredumbre correspondiente a 10 años de saqueo mafioso del Estado ecuatoriano. No podemos olvidar la persecución de a los miembros de la CNA, como la Isabel Robalino Bolle —que en paz descanse—; ejemplo de valentía para las nuevas generaciones.

Proyectemos la memoria hacia el sentenciado Carlos Pólit, privado de libertad en los Estados Unidos; acá, mal llamado «perseguido político». Volvamos la mirada hacia la actual candidata a presidenta Luisa González, glosada por llevar maletas —con mercancías aún desconocidas hasta paraísos fiscales— con alrededor de 800 mil USD en el avión presidencial. Así como también a uno de sus diputados, Ronny Alega, vinculado al crimen organizado.

Por favor, compañeros, ninguno de los escritos marxistas y revolucionarios estipula algo como: «apoye a las alturas de la delincuencia». ¡Qué nos pasó! ¿Ahora nos convertimos en cómplices de los delincuentes y vamos en contra de todo lo que, supuestamente,  defendemos desde nuestro ideario?    

2. Posición conservadora sobre los derechos de las mujeres y sobre la decisión sobre nuestro cuerpo

Rafael Correa, cuando se dirigía a nosotras, desbordaba su misoginia sobre a las mujeres que lo cuestionaban: «Majadera», «Gordita horrorosa», «Muchachitas malcriadas»; vociferaba.

En el año 2013, la presidenta y las dos vicepresidentas de la Asamblea Nacional eran mujeres militantes de la Alianza País; ellas tuvieron la oportunidad de aprobar la despenalización del aborto. Ellas —y la banca correísta en pleno— votaron en contra, por órdenes de Rafael Correa.

Este caudillo populista verdeflex amenazaba a las militantes de su partido con la siguiente frase: «Que hagan lo que quieran, yo jamás aprobaré la despenalización del aborto». Las “sumisas”: Paola Pabón, Marcela Aguiñaga y Gabriela Rivadeneira votaron de acuerdo a la llamada “falsa organicidad partidista”; más que una decisión democrática coordinada al interior del partido, fue obediencia y lealtad a su líder misógino y conservador.

En el año 2015, se aprobó el Plan Familia bajo un decreto presidencial en el gobierno correísta. Este fortalecía la idea de la abstinencia como una forma de erradicar el embarazo y la familia como el núcleo de educación sexual. El proyecto fue liderado por Mónica Fernández, autoidentificada como Provida y cercana a la línea más conservadora de la iglesia católica; el Opus Dei.

En la actualidad, Luisa González (exsocialcristiana) candidata a la presidencia de la república por el correísmo, se manifiesta como Provida. Cuando fue asambleísta, votó en contra de la despenalización del aborto por violación cuando, desde el argumento a seguir: «se intentaba legalizar el homicidio de bebés».

Sin embargo, compañeros, hoy son capaces de dar el apoyo a esta candidata conservadora; quien, lejos de luchar por nuestros derechos, es contraria a la línea partidaria feminista y ha votado en contra de nuestros derechos ¡Es una vergüenza!

3. Estructuras reproductivas de clase social- Sistema de Ingreso a las Universidades Públicas

Empecé mi camino político en el movimiento estudiantil universitario, desde ese lugar lo he venido estudiando. He resaltado en ese aprendizaje los legados de la Reforma de Córdoba. He Estado presente en otras tantas luchas, por buscar mejores días para los sectores populares.

Durante la Segunda Reforma, el hito más importante en la Educación Superior en el Ecuador, estuvo constituido por el libre ingreso a la universidad (desde la memoria de los muertos en las luchas del 29 de mayo de 1969, cuando se construye el pensamiento del modelo de universidad popular), vinculado a las necesidades de los pueblos con una visión latinoamericana. En abismal contraste, en el año 2010, en el ideario nacional se posiciona el ala más conservadora y reaccionaria del pensamiento ecuatoriano universitario, encabezado por Rafael Correa que, contrario a la visión de avanzada —que, en su momento, dejó como legado Manuel Agustín Aguirre— propone a calco y copia el modelo elitista norteamericano de universidad. Los conservadores, basados en el derecho natural,  adujeron (y todavía lo hacen) que los “más capaces” son quienes merecen ingresar a la universidad y que el examen es necesario para “evaluar esas capacidades”; discurso que conforma la bandera de la Revolución Ciudadana.

Después de varias investigaciones, sabemos que lejos de dar el acceso a las universidades a los sectores más vulnerables de nuestro país, el correísmo creó un sistema universitario elitista que, a partir del discurso de meritocracia, dejó fuera de las aulas a los jóvenes pauperizados. Reprodujeron el sistema de desigualdad y dejaron la situación de miseria a nuestros jóvenes.

Adicionalmente, podemos hablar del cogobierno, de la autonomía universitaria, de la libertad de cátedra; luchas  que el movimiento estudiantil ecuatoriano ha ganado con derramamiento de sangre y que el correísmo —con la aprobación de la LOES— las eliminó en el año 2010.

Compañeros, no desviemos la mirada sobre el hecho de que ahora los jóvenes de los sectores más pobres de nuestro país son caldo de cultivo de las mafias. Esto es también consecuencia de estas políticas públicas burguesas, en la educación, que dejó enquistadas el correísmo.

En coherencia con la lucha que hice como dirigente estudiantil por años, como investigadora y activista; jamás podré apoyar al correísmo. Volver a ganar esas luchas contará años…

4. Cierre de las Escuelas Interculturales Bilingües y descalificación de las luchas del movimiento indígena

Una de las luchas del movimiento indígena (aliado del movimiento obrero) han sido las Escuelas Interculturales Bilingües donde los niños aprenden su idioma originario. Desafortunadamente, desde los años 2013 y 2015 se cerraron alrededor de 6 mil escuelas rurales, entre ellas, muchas interculturales. Como consecuencia de este panorama, un sinnúmero de niños de las comunidades indígenas quedaron fuera de las aulas; porque las Unidades del Milenio (la mayoría de ellas hoy inexistentes, destruidas y plagadas de sobreprecios) se ubicaron muy lejos de sus hogares. A ello se suma la eliminación de la enseñanza en lenguas originarias.

La descalificación hacia el movimiento indígena por parte del correísmo desde su discurso racista y la criminalización a sus dirigentes, se evidenció en todo su gobierno. Uno de los puntos inflexibles fue la defensa de los territorios ancestrales, recursos hídricos y fuentes de agua: la CONAIE organizó una marcha que atravesó todo el territorio nacional y llegó a Quito, donde sus integrantes fueron reprimidos y encarcelados. En diciembre 2014, a través del MIES, Correa notificó a la CONAIE la terminación unilateral del comodato sobre el edificio que venía ocupando desde hace 30 años. Fue una lucha de casi dos años para que la sede no fuera desalojada.

Muchos estuvimos en esas luchas, sin embargo, parece que algunos sufren de amnesia política, ¿o es, acaso, oportunismo, traición o venta de sus ideales? Quien habla lo tiene presente. Es una pena que ahora el presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, venda al movimiento indígena; luego de la represión y el racismo del que fueron víctimas sus compañeros, en el gobierno de Rafael Correa.

5. Intereses de clase social, el correísmo un gobierno contrario al movimiento de los trabajadores y la difícil situación del IESS

Desde la creación de la Caja del Seguro, como una conquista de los trabajadores; siempre fue utilizada como caja chica de los gobiernos de turno. El correísmo recibió en 2007 un déficit actuarial de 4 mil millones de dólares. En 2017, al final del periodo el déficit era de 16 mil  millones. Esta circunstancia se dio fue gracias a que se quitó la obligación de que el Estado aporte el 40% del presupuesto del IESS, cada año. Adicionalmente, el incremento de atenciones de salud a los familiares de los afiliados, sin un estudio actuarial; esto llevó a que la institución en ciernes esté al borde de la quiebra.

Inicialmente, la relación del sector obrero con el correísmo fue aceptable. A pesar que la intermediación laboral no terminó, al menos el decreto y el discurso contribuyó a que algunos compañeros mejoren sus condiciones laborales de manera particular. Sin embargo,  a partir del 2008, comenzó a mostrar su verdadero rostro: primero con la limitación del derecho a la huelga en la Constitución y después con los desacuerdos con la Ley Laboral del 2010; que reportaron fuertes protestas en contra del régimen.

En favor de la demagogia, el clientelismo y saqueo de fondos públicos; a pretexto de “reducir el gasto público”, se emitió el Decreto No. 813, en el año 2010, que perseguía: limitación a la contratación pública, prohibición de dobles remuneraciones, regulaciones estrictas respecto a horas extras, restricciones a la contratación colectiva. Las manifestaciones en contra de estas políticas se contestaron con autoritarismo y represión.

En el 2012, Petroecuador fue administrada por la Armada del Ecuador a partir de actos viciados de corrupción y despido de varios trabajadores.

6. Criminalización a la protesta social, persecución a los movimientos sociales y organizaciones paralelas

El correísmo, mucho más allá de su retórica burguesa de izquierda ambigua, ha estado lejos de los ideales democráticos. Ha demostrado su rostro represivo y autoritario.

Recordemos que la ideología se refleja en las prácticas cotidianas: la sabatina fue una plataforma utilizada para descargar violencia verbal en contra de los disidentes. En muchos casos, los detractores señalaban errores, casos de corrupción y crímenes o incluso burlas; todo ello fue motivo de persecución y encarcelamiento; y, no es menor la lista considerable de desaparecidos que se le adjudica a ese régimen. Su práctica política como régimen populista fue cercana a las dictaduras, más que a la democracia. De lo que no cabe duda es que, como Pueblo Nuevo canta las canciones revolucionarias; nos callamos.  

La criminalización de la protesta social en este periodo se orquestó por medio de la represión aplicada por las fuerzas del orden en las calles; también fue la hegemonía del discurso: fuimos llamados «terroristas», «tirapiedras», «vagos», «atrasapueblos» y totalmente deslegitimados como luchadores y luchadoras sociales. Nos desmovilizaron mediante la creación de organizaciones gremiales y sindicales paralelas en aras de  deslegitimar la lucha histórica del movimiento social.

Enlisto a continuación varios casos sobre lo mencionado. Según la INREDH hubo, al menos, 268 casos de criminalización de la protesta social; cito unos pocos que derivaron en organizaciones jurídicas paralelas. 

Enlistaré varios casos de criminalización, según la INREDH al menos hubieron268 casos de criminalización y las organizaciones paralelas creadas:

  • Caso Protesta estudiantes del Central Técnico
  • Caso de José Acacho
  • Caso de los 26 de Saraguro
  • Muerte de Bosco Wisuma, en 2009, durante un levantamiento indígena en defensa del agua.
  • Caso Dayuma
  • Caso de los 10 de Luluncoto
  • Caso Intag
  • Caso Los 11 de Riobamba
  • Deportación de Manuela Piq
  • Represión entrega de firmas en contra de la explotación Yasuní ITT
  • Detenidos marcha por la Ley de Aguas 2015
  • Caso 11 del Arbolito
  • Caso del Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano FCME
  • Eliminación de la personería jurídica de la UNE
  • El CUT como organización paralela al FUT
  • Red de Maestros como organización paralela a la UNE
  • La división de la FEUE

No olvidemos a los desaparecidos en esa época, el valeroso trabajo de Alexandra Córdoba y la búsqueda de su hijo David Romo; un caso de desaparición forzosa. La lista de casos de criminalización, persecución y desaparición es extensa. 

El Consejo Nacional del PSE, desde la ignorancia supina, el oportunismo y el miedo ha decidido apoyar al correísmo. La memoria histórica es imprescindible para no repetir los mismos errores; y,  sobre todo, para honrar a los que nos precedieron en la lucha por la resistencia. ¡Su respaldo es vergonzoso!

7. Economía y Extractivismo

Uno de los engaños del correísmo fue su discurso de “Cambio de la matriz productiva” y la sustitución de las importaciones. Para ello, pretendían construir la Refinería del Pacifico en Manabí; anteproyecto atiborrado de sobreprecio. De igual manera, otros proyectos retóricos como el Yachay Tech, obra inconclusa en la que se emplazó la corrupción financiera. El exorbitante gasto debido al latrocinio y la sociedad de consumo creada a través del clientelismo político y derroche de recursos a finales de la bonanza petrolera; más que dejarnos una diversificación e industrialización de las exportaciones, nos heredó un país reprimarizado en su economía; es decir, el componente industrial en el PIB no cambió significativamente; por el contrario, muchas empresas quebraron. Lo que sí se extendió de manera intensa, fue la minería.

El país, para cumplir sus compromisos de deuda internos y externos, necesita que ingresen dólares a las arcas del Estado. Esto definió el cambio de paradigma del gobierno correísta el que optó por el modelo extractivista. Prístino es el recuerdo acerca de las palabras de  Rafael Correa: «No podemos ser mendigos sentados en un saco de oro». Este argumento dio inicio a la explotación de petróleo en el Yasuní ITT, así como la minería en la Cordillera del Cóndor.

Es importante resaltar que, al final del periodo correísta, el sector manufacturero registró el 12% del PIB. Después del primer boom petrolero, el componente en el PIB, a 1980, fue del 18.5%; lo que reporta un retroceso frente al promedio de América Latina (14,7%). Adicionalmente, en este mandato el PIB industrial se incrementó en el 34% frente al periodo anterior; debido ello a la creación de empresas nuevas de cantidad ínfima, que reportaron un incremento en la producción de las existentes; pero que se tradujo inferior al crecimiento de la cifra global del PIB (38%).

El modelo económico correísta no pudo cambiar de una producción primario-exportadora a uno donde primase la industria, como base de la diversificación de las exportaciones. Peor aun, no logró cambiar la propiedad de los medios de producción: los “dueños del país” siguen siendo los mismos. Como consecuencia, en ese gobierno cerraron (o quebraron) compañías como Tame, Fabrec, Enfarma; esta última se trató de un caso especial debido al negociado en el que se vieron involucrados familiares del expresidente Rafael Correa.

Tal como lo demuestran los datos verificables, al inicio del mandato de la Alianza País la deuda era equivalente al 24% del PIB; al final de su gobierno subió al 45%. Pasó de 10500 a 45000 millones de dólares. En este periodo se manejaron alrededor de 280000 millones USD, por ineptitud y corrupción cerca de 4000 millones USD. La Comisión Nacional Anticorrupción afirma que fueron cerca de 70000 millones USD.

9. Censura de la libertad de expresión

En el gobierno de Rafael Correa, los medios de comunicación y periodistas opositores al régimen fueron víctimas de censuras de todo tipo: desde ver al expresidente rompiendo periódicos, periodistas enjuiciados y una Ley de Comunicación “Mordaza”.

Entre muchos, estos fueron los más conocidos:

·        Juicio a Juan Carlos Calderón y Christian Zurita por su libro El Gran Hermano.

·        Juicio al diario El Universo y al articulista Emilio Palacio por el caso 30S.

·        El periodista asesinado y excandidato a la presidencia Fernando Villavicencio, Carlos Figueroa y Klever Jiménez fueron condenados a 18 meses de prisión y al pago de una indemnización por un monto de 47 mil dólares; por el delito de difamación en el caso 30S.

·        Caso de la caricatura de Bonil y Diario El Universo.

·        La Ley de Comunicación “Mordaza” entró en vigor en junio de 2013, la Asamblea Nacional introdujo en el texto los artículos más polémicos, como el linchamiento mediático y la comunicación como un servicio público. Esta fue considerada como una de las leyes más restrictivas en libertad de expresión y de prensa. No hay un solo organismo internacional del ramo que no haya criticado la normativa.

·        Cierre del diario Hoy en el 2014.

Sin negar que los grandes medios de comunicación tienen una gran responsabilidad sobre su discurso burgués y su conflicto de intereses en la línea editorial, alguien que cree fielmente en la libertad de expresión, no puede ser parte del apoyo a un grupo político que tanto daño le hizo al periodismo.

10. Persecución a la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB)

Estudié en la UASB. Mi paso por este espacio fue altamente grato. Esta universidad que —con errores y aciertos— ha acogido a investigadores, activistas, movimientos sociales, y ha fraguado debates y conocimiento; constituye un bastión del pensamiento académico regional.

El correísmo, en el año 2016, a través del Parlamento Andino (con Patricio Zambrano, exmilitante del PSE y funcionario en varios cargos, a la cabeza) impidió que César Montaño Galarza —elegido democrática y unánimemente por la comunidad universitaria— tomase  posesión como rector. Ello con el propósito cooptar la UASB cual bastión de la Alianza País. Un total irrespeto la autonomía universitaria.

Conclusiones

Estoy convencida de que los procesos electorales en general —bajo ciertas condiciones—  pueden ser herramientas de disputa del estado burgués; siempre y cuando exista un programa claro de transformación social. Con desazón veo que la actual directiva del PSE considera dichas herramientas como un fin en sí mismo.

Llegué en tiempos turbulentos al partido. La dinámica electoral me permitió conocer el altruismo, el compañerismo de unos; y, por supuesto, la miseria humana, la disputa por cargos de unos y de reflectores de farándula de otros. Ello me sorprendió demasiado, por el contrario, más allá de las contradicciones inherentes al movimiento social, el trabajo de base ayuda a luchar por fines colectivos; algo con lo que me siento plenamente identificada.

Con este antecedente, me comprometí a colaborar en el partido desde el trabajo de base y fui parte del equipo operativo en la campaña electoral para las elecciones 2025, de la primera vuelta. Mi intención estuvo centrada en que nuestra compañera, Elsa Guerra  (militante del PSE), fuese parte de la Asamblea Nacional. El objetivo de ese cometido, como recordarán, fue plantear transformaciones a la estructura social en general; y, en particular,  la reforma educativa básica y en la Educación Superior. La espontaneidad y ligereza con la que se vive la política en el partido, me da luces para entender cómo se despliega políticamente la sociedad ecuatoriana. Con todo esto, no persigo formular juicios morales contra individuos. Dejo sentado mediante esta carta que mi crítica es política, formulada sobre la base del análisis antes expuesto. Aproximo mis conclusiones:

Ontología de la revolución ciudadana

La práctica política devela la ideología de una organización. Durante los 10 años del correísmo —más allá de los simbolismos artísticos propios de la trova cubana y de su retórica de una supuesta izquierda—, se reprimarizó la economía; lo que facturó un alto endeudamiento a través de la bonanza petrolera. En el aspecto político, ese partido llevó la democracia a sus límites desde una estrategia populista. Como consecuencias de ellos podemos citar: represión a la disidencia; la corrupción más grande en la historia del país;   inserción del crimen organizado en el Estado mediante la entrega de un estatus político en el año 2016. En lo ideológico, las élites enquistaron su propio modelo educativo básico, medio y superior. En lo que respecta a derechos sexuales y reproductivos, la agenda conservadora antiderechos estuvo siempre presente; los grupos que la articularon, forman ahora parte de la barra brava de Luisa González. La familia Noboa, frente a todo lo expresado con anterioridad —en términos generales— representa similares circunstancias.  La diferencia entre unos y otros radica en que los Noboa no necesitan asumirse dentro de la ideología de izquierda para hacer política.

En conclusión, el correísmo es un movimiento conservador, católico que se vale de una estrategia populista para caminar en la esfera pública. 

El caballo de Troya

Llegué al partido en tiempos difíciles como los electorales. Se había decidido cuál sería el binomio presidencial. En primera instancia me sorprendió ver a los personajes seleccionados desde la carencia organizacional de estudios de opinión que avalen su selección, en contraposición a la idea de optar por perfiles propios del partido.

Luego de una revisión exhaustiva de sus perfiles, encontré a Verónica Silva, quien fue anteriormente candidata a la Asamblea por Avanza; partido fundado por Ramiro González,    prófugo de la justicia por corrupción en el IESS, y quien auspició a Isidro Romero como candidato a presidente. Romero que —como es de dominio público—, fue esposo de Isabel Noboa Pontón (hermana de Álvaro Noboa y tía del actual presidente de la República). Ergo, su doble discurso no se sostiene por lado alguno: ¿en el pasado, la rancia oligarquía tenía valor cuando eran mis compañeros militantes? Uno es libre de tener cualquier ideología,  ello es respetable; empero, no creo correcto que en cada elección ir de una camiseta a otra; mediante el pacto con el mejor postor: de Avanza al PSE y ahora a RC5. Me pregunto, entonces, ¿mañana, qué partido será? Es por ello importante tener convicciones y principios.

De Pedro Granja me agradó su trabajo con los sectores populares; sin embargo, su ambigüedad ideológica se me antojó cuestionable. Se autodefinía como “anarcoliberal”, pero, como hemos dicho, la ideología se desarrolla en la práctica.

Después de la última decisión de la actual directiva, camuflada en la resolución del Consejo Nacional, entendí que la quinta columna no tenía relación con los personajes mencionados en estas líneas. Cuando Iza y su ala del movimiento indígena —claramente simpatizante del correísmo, desde el Paro Nacional del 2019— invitaron a los supuestos partidos de izquierda al mal llamado «Gran acuerdo». Fue ese el primer paso para vender el movimiento popular (con agenda oculta)  al operador político de los GDO (RC5).

Los actuales e ingenuos (o ultra oportunistas) dirigentes del partido nunca se dieron cuenta de que el pacto entre la RC5 y ADN que fuera del tema electorero venía desde la anterior asamblea. Recordemos cuando Daniel Noboa costeó los viajes a Rusia a los asambleístas de la bancada correísta, cómo votaba en la anterior asamblea con ellos, cuando Isabel Noboa hacía negocios con el Estado en el gobierno de Correa. Apenas gane uno u otro,  empezará el saqueo al país. Lo que está en disputa, es quién se llevará más. No obstante,  dirigencia del PSE funge cual aspiradora del correísmo, a ver cuántas migajas recoge.

Solicité públicamente reuniones de debate con el ánimo de analizar ¿cuál sería la posición frente a la segunda vuelta electoral? A pesar de que existe un órgano parlamentario de debate, como el Consejo Nacional; una decisión de tal trascendencia debió tener un mínimo de argumentos capaces de sostener la postura del partido ante nuestros electores; hablo por la  trayectoria que he vivido dentro del movimiento ha sido siempre transparente. No obtuve  respuesta alguna. La decisión estaba tomada.

Tenía otras expectativas con respecto a la actual directiva, principalmente en los compañeros:  Gustavo Vallejo (presidente) y Luis Chávez (secretario ejecutivo). Entregar el partido al correísmo sin que exista un documento oficial que haga un mínimo análisis del porqué apoyar a Luisa González, consiste una irresponsabilidad muy grande.

Me permito interpretar varias conversaciones con ellos acerca de los motivos del supuesto apoyo, y no observo ningún argumento de peso. Más bien, esgrimen un supuesto miedo al grupo Noboísta por su nivel represivo;  ello se asoma como lo más decepcionante, dada la alta capacidad intelectual de los compañeros: una argucia de ese estilo, denota que existen otros intereses pactados para esa decisión; por ello, aun cuando la RC5 no había solicitado apoyo —apenas acabada la primera vuelta electoral—, no dudaron un segundo en ir de prisa para ver qué les ofrecen.

En términos políticos estaremos vigilantes para mirar si repiten la historia. Será motivo de vergüenza ajena el momento en que (tal vez) la RC5 gane las elecciones; y, no mucho después pasen al basurero de la historia; lo cual será motivo de nuevas divisiones en el partido. Pasarán a ser reemplazos de Rafael Quintero y Patricio Zambrano,  respectivamente, ocupando cargos en el Estado.

Mucha hambre y poca torta

Les recuerdo que el correísmo lleva ocho años sin vivir del Estado. Además de la vieja militancia ansiosa de dinero y poder, tenemos jóvenes corrompidos que esperan su turno para saquear las arcas del país, como ya lo hicieron quienes hoy quieren luchar por sus propias hambres atrasadas; así es la RC5. Ahí tienen a los GDO, a la espera su pedazo de pastel, a los empresarios corruptos como Jan Topić o el mismísimo Diego Borja; todos  necesitan de la Revolución Ciudadana para incrementar sus ganancias. El grupo de Leonidas Iza que, en teoría, le ofrece más votos que el PSE; también aspira a tener una generosa porción de torta.

¿Qué harán cuando llegue el momento en que los tanques vayan a expropiar los territorios de las comunidades indígenas?, ¿cuándo el correísmo regrese el examen de ingreso a las universidades?, ¿qué les dirán a los trabajadores cuando el IESS no pueda pagar las pensiones? Los que no nos hemos vendido estaremos organizando a la gente. La pregunta es: ¿qué harán ustedes?, ¿acaso comer calladitos como hicieron algunos viejos militantes mientras se reprimía y encarcelaba a sus compañeros? ¿Van a renunciar a los cargos públicos, a ponerse una funda de papel en la cabeza?, ¿reconocerán que su decisión fue equivocada y se acogerán al juicio público de las bases y de los sectores populares a los que nos debemos?  Tal vez me temo que, por el contrario, permeará un cinismo expandido ¿Serán parte de las contramarchas correístas, aplaudirán la represión hacia sus compañeros, se convertirán en informantes del Estado?

La mala práctica de la organicidad

Es importante recordarle a toda la militancia, que un partido político de base trabajadora, campesina, popular, marxista o revolucionaria, tiene que ser consecuente con su ideario. Un partido político se conforma de tres componentes importantes: la línea ideológica, los valores, la organicidad para llevar a la práctica la línea ideológica y la práxis militante. De forma peligrosa, la actual directiva apela a la organización (la instancia del Consejo Nacional), pero olvidan que el componente más importante es la línea del partido. Según el análisis antes expresado, podemos evidenciar con claridad que las prácticas políticas que el correísmo ha demostrado es contraria a la línea ideológica del PSE.

Es una falta de respeto a la democracia interna que apelen a una organicidad ciega y a una aceptación sumisa de la decisión del Consejo Nacional. Con ello buscan sustentar su oportunismo o su miedo. Adaptan normas del partido para sus propios fines. El Consejo Nacional está atropellando la normativa del partido, vendiendo nuestros ideales a un grupo corrupto y conservador.

En los 10 años de correísmo fuimos testigos de cómo exmilitantes de partidos de izquierda —vendidos de forma oportunista— se valieron de cantos, arengas, colores, discursos; en fin, distintos símbolos para confundir y cooptar a oportunistas e ignorantes. Ocuparon formas de organización, de lucha; estrategias y tácticas que fueron usadas por el populismo e incluso por los grupos criminales que son parte de RC5. Es inaceptable, bajo todo punto de vista, que hoy se sienten en la misma mesa junto a ese grupo político para negociar sus prebendas.

Si hablamos de ilegalidades y vicios en la de organicidad, quiero denunciar lo ocurrido en la provincia de Pichincha: su presidente, Fernando Gándara, convocó a una reunión el día anterior a que se lleve a cabo el Consejo Nacional; que tuvo lugar a las 22h00 del viernes 07 de marzo del año en curso. Asistimos 18 personas. De manera irrespetuosa, pidió una votación para alcanzar la máxima instancia de decisión. Es penosa esa forma de actuar; hoy la denuncio. Además, no existe un documento oficial sobre la sesión del Consejo Nacional y sobre cómo votó cada uno de nuestros compañeros representantes de las provincias y la directiva nacional. Sabemos de sobra que no fue una decisión unánime, como lo hacen ver públicamente ¿Dónde está el acta que respalde el quorum, los votos de cada uno de los compañeros, los acuerdos de cada una de las provincias, etc?

En lo personal, me enteré de la decisión tomada por el Consejo Nacional por medio de un posteo en la red social X que fue publicado en la cuenta oficial del PSE; pese a haber solicitado (varias veces) al equipo de campaña de Elsa Guerra una reunión de debate sobre la posición de la segunda vuelta ¿De qué organicidad hablan? En realidad, el apoyo a Luisa Gonzalez pisotea la totalidad de nuestro ideario político. Por un mínimo de decencia, deberían ir a militar a otro partido; sus valores, su doctrina y su práctica están por fuera de lo que representa el PSE.

El voto Nulo y el posicionamiento político

El oportunismo político nos quiere vender como alternativa al correísmo y es necesario ir desmontando sus argumentos: el nulo ideológico no es, necesariamente, patrimonio de la izquierda revolucionaria o de sus aliados. Es más amplio, abarca, también, posturas reaccionarias y fascistas. Para la izquierda radical es un voto antisistema. El hambre de poder, este momento histórico, reconoce que son lo mismo, quiere buscarle al correísmo unas milésimas de algo cercano a la izquierda para convertirlo en opción; pero no nos dejamos convencer.

El ventajismo político nos quiere convencer de que a los radicales nos da igual el uno y la otra. En este momento apocalíptico, existe la necesidad por parte de los ingenuos que apoyemos al populismo para ver si en el futuro se dan las condiciones para que el supuesto proyecto revolucionario camine. A diferencia de los sucedido en el año 2006, algunos estamos más viejos; ya no comemos cuento. Recordemos que los arribistas de aquel suscribían un relato casi idéntico; con la diferencia de que no existían registros tangibles de lo que es el correismo. Les arruino sus esperanzas compañeros: difícilmente se podrá preparar un proceso de cambio, cuando tengan que vivir con el escarnio público en la espalda y la persecución. 

El cinismo de alto calibre del Consejo Nacional y de la directiva, es increíble. Promulgan que quienes estamos a favor del voto nulo somos privilegiados; señalan que desde nuestra (mal supuesta) comodidad, no somos empáticos con el sufrimiento de la gente que está siendo asesinada. Ello nos sitúa de cara a un relato totalmente manipulado. Se observa con claridad una falacia ad misericordiam, comparable a la estrategia correísta de politizar la desaparición de los cuatro niños de las Malvinas para ganar votos. Si realmente a los correístas les importaran los desaparecidos, también hablarían de quienes fueron tales en la época que fueron gobierno. Veamos cuántos de estos “dolidos” organizan una jornada de solidaridad y formulan un pliego de exigencias al Estado para esclarecer los casos. Instrumentar la desagracia ajena como bandera política, traduce un gesto de miseria humana pura y dura.

Compañeros, no tenemos miedo, ni nos dejamos confundir por estas falacias. Hemos peleado en las calles por nuestros derechos, toda la vida, por un mejor porvenir para los sectores populares. Es una falta de respeto hacia la militancia la imposición de silencia ante la venta del partido

El voto nulo otorga legitimidad de presentarse ante los sectores populares y de mostrar integridad en las críticas y el proyecto que les lleva el partido; con ello, demuestra coherencia con sus principios. Después que la maquinaria correísta empiece a operar, veremos como unos quedarán señalados por su oportunismo y otros caminaremos hacia la construcción de mejores días para nuestra gente.

Finalmente, por todos estos argumentos y muchos más, rechazo enfáticamente la decisión del Consejo Nacional del PSE de apoyo al correísmo, no justifico el argumento de acuerdos que supuestamente Luisa González va a cumplir, porque esto no solo es ingenuo, sino que más allá del discurso de unidad es no tener dignidad política. Sin dignidad y principios no existe la construcción de un proyecto político de cambio, estoy segura de que esta decisión le costará mucho al partido.

A través de esta carta, también, ofrezco mi postura frontal —que la he manifestado en varias instancias del partido—; y, por dignidad y respeto, REPITO, ningún militante debería aceptar un cargo público en el caso que Luisa González gane las elecciones el próximo 13 de abril. Lejos de un acuerdo por líneas programáticas, estaríamos ante la venta de la postura del partido por cargos e intereses personales,  En este caso,  propongo que estas personas sean expulsadas por traidoras y vendidas; porque se evidencia que jamás hubo un interés político legítimo, sino la ambición por satisfacer sus agendas personales. Al respecto, sugiero que se proceda con el mismo mecanismo con que fue expulsado Rafael Quintero.

También quiero aclarar compañeros que, esta carta será pública, porque, ante todo, respeto a la gente que votó en estas elecciones por el PSE por mi vinculación al partido y deben conocer mi postura, porque siempre me he destacado por mi frontalidad y mis principios.

A pesar de todo lo mencionado, considero que existen compañeros y compañeras muy valiosos, han trabajado mucho por el espacio y hoy no venden su pensamiento. Mi decisión es no apoyar en ninguna instancia en la segunda vuelta al correísmo e impulsar el VOTO NULO.

Independientemente de quien gane, creo que la tarea inmediata (desde el día 14 de abril) radica en recobrar el carácter revolucionario del PSE, buscar una formación política  basada en principios que ayude a desterrar el oportunismo, las agendas ocultas, vincular el partido a la lucha de clases y fusionarlo con las organizaciones sociales. Después de este fracaso electoral e intelectual, es necesario, en primera instancia, expulsar al lastre correísta se convierte en freno de la lucha, corrompe las mentes débiles del partido, desmoviliza y confunde a las masas; se constituye, así, como la quinta columna de nuestra organización, mientras el partido no separe al populismo lumpenproletario representado por RC5, jamás se podrá convertir en una organización representante de las clases trabajadoras y oprimidas.

Saludos cordiales,

Gabriela Alexandra Celorio

Luchadora Social – Militante del PSE

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