Hace un mes recibí la noticia de la muerte violenta del hermano menor de una buena amiga, para muchos es una muerte entre tantas que acrecienta las cifras en Manta, una de las ciudades más violentas del país, para su familia significa una pérdida cruel, un golpe doloroso que hace tambalear a cualquiera.
Ese acontecimiento, me recordó con tristeza, que en los últimos meses las muertes violentas nos han cercado, a tal punto que se ha normalizado, sin que afecte como antes, cuando debería ser lo contrario.
Los asesinatos que han sucedido en el último año remueven la estructura social, como lo sucedido con Agustín Intriago, alcalde de Manta o el atentado mortal contra Fernando Villavicencio, candidato a la Presidencia de la República, sumado a las muertes de personajes políticos, cómicos, influencers y otros relacionados a la farándula que nos han provocado indignación, pero conforme pasan los días, hundimos sus nombres en el olvido.
Es que nuestra memoria histórica es de corta retentiva, olvidamos que hace poco salió un gobierno de derecha con los zapatos ensangrentados, con un vicepresidente que brillaba por su ausencia. Quienes nunca ejecutaron una política de seguridad acorde a la realidad del país, y nos dejaron en manos de la delincuencia, envueltos en un sistema de justicia corrupto que avanza a paso de tortuga, mientras las víctimas se aglutinan en las calles.
Olvidamos que Esmeraldas está en zozobra constante, que Manta acumula 262 muertes violentas, que la ubica como una de las ciudades más violentas de Manabí; mientras que hasta octubre se reportan 1830 muertes violentas en Guayaquil; por su parte Durán vive atrapada por las mafias; ni que decir de Quito, la capital respira inseguridad en cada esquina.
Actualmente, Ecuador es uno de los países más violentos en América Latina; así lo afirma el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado de Pan American Development Foundation (PADF), en su boletín semestral que señala un incremento del 528.1% en homicidios, comparado al primer semestre de 2019.
Aun así, no existe una propuesta clara para reducir este espantoso aumento en las cifras, pasamos de ser un rincón mágico de ensueño para el retiro de extranjeros, a una jaula que encierra muerte y devastación.
Mientras las estadísticas siguen en aumento, las familias lloran a sus muertos, que caen sin ninguna posibilidad de defensa a manos de la delincuencia común o de mafias que, en su afán de poder, están cegando vidas que ni siquiera empezaron a florecer.
Hace pocos días, una terrible noticia inundó las redes sociales, los titulares parecían de película, cuatro niños fueron acribillados por error en el Guasmo, uno de los barrios más peligrosos de Guayaquil, su madre quien estaba embarazada falleció en el hospital, su padre hoy tiene que sepultar a su familia entera.
Las muertes violentas han sido recurrentes, el mes pasado un adolescente de 13 años fue secuestrado y luego su cuerpo encontrado sin vida en un barrio de Guayaquil; hace meses, un estudiante de 16 años fue asesinado a modo sicariato mientras se dirigía a su colegio, otro fue acribillado al salir de una unidad educativa.
¿Por qué? me pregunto ¿qué pudieron haber hecho para merecer esa muerte? Sus vidas fueron truncadas de un solo golpe, sin opción a nada, en la más profunda impunidad, sin que a las autoridades se les mueva una sola fibra del cuerpo.
¿Cuántos más tendrán que morir para que alguien haga algo?, ¿cuánto más tendrán que llorar las familias para que las autoridades muevan un dedo?
Sus asesinatos no pasaron desapercibidos, no, estaban en los titulares de cada periódico, liderando la crónica roja de medios digitales, pero tomamos una decisión, deslizamos la pantalla, eliminamos la alerta y continuamos campantes con nuestras vidas, mientras afuera, a dos cuadras de nuestra casa, se matan sin miedo.
Cada muerte injusta se disuelve en medio de notas banales sobre cualquier tema sin importancia, mientras unos luchan por sus vidas, otros se toman fotos para la portada de una revista.
Lo que más incomoda es el silencio de las autoridades, esa tibieza de sus declaraciones, esa falta de empatía por la vida de un ser humano que murió en medio de una guerra que no era suya. Daños colaterales dicen, detesto esa expresión, no son piedras, eran personas, eran niños y niñas, eran adolescentes, eran jóvenes con sueños inimaginables. Para ellos no había límites, pero un “error”, redujo todo a dolor y a cenizas guardadas en cajas blancas que encierran silencios absurdos, espacios vacíos que nos llaman a reflexionar.
Hoy, más que nunca exijo justicia, acciones estatales y un poquito de vergüenza ajena para buscar salidas a esta intensa ola de violencia que nos carcome cada día, que mata a inocentes, superando cualquier plan o estrategia de seguridad.
Me seguiré preguntando sobre el valor de las vidas, porque unos tienen todos los honores cuando mueren, sin importar las circunstancias, y otros, víctimas de cualquier dizque valiente con pistola, ni siquiera reciben una nota de pesar decente, ni dos líneas de respeto, ni un día de luto, nada…
Por ahora, solo queda esperar a que el Gobierno decida proteger nuestras vidas y la de nuestras familias, seguiremos avanzando con el miedo intacto y la enorme desesperanza en la que nos han hundido.
Dedico esta nota a la memoria de quienes han perdido sus vidas, víctimas de la violencia que vive el país, y a sus familias por las pérdidas irreparables que han sufrido, sus vidas fueron valiosas y perdurarán en los corazones de quienes los amaban.
Nota aclaratoria: este artículo no promueve un lenguaje sexista y está de acuerdo con el uso del lenguaje inclusivo. Pero no utiliza los pronombres el/la los/las o les, para evitar posibles confusiones.
La Disputa, visita nuestras redes sociales:
Encuentra otros artículos del autor: Gabriela Vivanco
El medio de comunicación no se responsabiliza por las opiniones dadas en este artículo.
Referencias:
El Universo. (01 de noviembre de 2023). Con escalada de muertes violentas, Durán y Guayaquil entrarían en el top 10 del listado de ciudades más violentas del mundo. https://www.eluniverso.com/noticias/seguridad/guayaquil-y-duran-zona-8-ciudades-mas-violentas-del-mundo-nota/
Expreso. (12 de noviembre de 2023). Hombre fue asesinado en una vía de Manta.
https://www.expreso.ec/actualidad/hombre-asesinado-via-manta-179149.html
Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado. (Junio, 2023). Boletín semestral de homicidios intencionales en Ecuador. Enero-junio de 2023.
https://oeco.padf.org/boletin-homicidios-intencionales-ecuador/