La pandemia de violencia sexual que afecta a niñas y mujeres en Ecuador. ¿Salud para todos?

Es muy notoria la desigualdad que afecta a niñas, adolescentes y mujeres por las limitaciones en los accesos a los servicios de salud pública, por situaciones de pobreza, limitaciones de movilidad, el adquirir una pastilla del día después en el país bordea los $7 en el mercado, no todas pueden costearlo.

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Mujer apasionada por la escritura, soñadora, luchadora de los derechos humanos, feminista en la praxis. Amante de la naturaleza. Rechaza toda forma de violencia. Busca dejar una huella en el mundo a su nombre. Comunicadora Social llegando a los últimos peldaños.

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A medida que pasan los meses, las medidas de confinamiento en el país se han endurecido y luego han sido flexibilizadas. La situación sanitaria se encuentra en un constante vaivén. En Ecuador, el distanciamiento social, uso de mascarillas, adopción de medidas de bioseguridad. Sin embargo, las disposiciones no solo restringen estar en contacto con las personas, sino también limita el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva a las niñas, adolescentes y mujeres que se encuentran en busca de métodos anticonceptivos, sin importar el contexto personal que esté pasando cada una de ellas.

En Ecuador el aborto no es legal y seguro, el Estado no permite la despenalización del mismo. ¿cómo garantiza la anticoncepción a una niña, adolescente y/o mujer que ha sido agredida sexualmente?

Aparentemente, la respuesta ante esta situación es la dotación de una pastilla del día después. En el Art. 32 de la Constitución de la República del Ecuador de 2008, se menciona que “El Estado garantizará este derecho mediante políticas económicas, sociales, culturales, educativas y ambientales; y el acceso permanente, oportuno y sin exclusión a programas, acciones y servicios de promoción y atención integral de salud sexual y reproductiva”.

No obstante, es muy notoria la desigualdad que afecta a niñas, adolescentes y mujeres por las limitaciones en los accesos a los servicios de salud pública, por situaciones de pobreza, limitaciones de movilidad, el adquirir una pastilla del día después en el país bordea los $7 en el mercado, no todas pueden costearlo.

En un reportaje realizado por PlayGround. “Cada día, siete niñas dan a luz en Ecuador, producto de una violación. Y todavía, el aborto sigue penalizándose en caso de sufrir esta agresión”. Esto sigue siendo un problema de salud pública que compete a todos los ciudadanos, al Estado y nadie hace nada.

Según estadísticas presentadas el 8 de septiembre de 2020 por la Fiscalía General del Estado. “las denuncias por delitos sexuales se redujeron al inicio de la emergencia, pero fueron incrementándose paulatinamente, siendo la semana del 31 de agosto al 6 de septiembre la de mayor incidencia en cuanto a abuso sexual y violación”.

En el transcurso de la pandemia, los delitos sexuales han bajado en un 46%, es una cifra considerable. Se habla de recuperación económica, reactivación de espacios sociales, pero se invisibiliza los delitos sexuales, que han disminuido, pero no significa que el porcentaje restante no necesita atención, es por ello que se urgente la intervención por parte del Estado, para evitar futuros ataques.

El 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pero a la sociedad parece no importarle esta fecha reconocida, que busca concienciar acerca de la violencia de género. La intervención del Estado, de todos, para la erradicación de la violencia de género es fundamental.

Hace dos semanas un candidato a la presidencia en Ecuador, Guillermo Lasso dijo que una “chica tiene que arreglarse bonito y, cuando esté bien vestida y bonita consigue novio”. En mi mente solo pasa como sería nuestro país, si un político así, llega a Carondelet.

¿Cómo erradicamos la violencia contra la mujer si tenemos políticos como Lasso?, su solución fue pedir disculpas, que sí, es de humanos errar y sobre todo el reconocimiento, las disculpas públicas, pero como no va a causar malestar en las mujeres, escuchar estos comentarios de un político que busca dirigir un país. Pues, se invisibiliza a las víctimas que han sufrido delitos sexuales, el Estado no garantiza su seguridad e integridad.

La pandemia más fuerte es la violencia que existe hacia las mujeres ecuatorianas, y que en el aislamiento se hizo más visible que nunca.

Niñas

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