La decisión

Cuento corto, Obra: La decisión

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Directora del medio de comunicación La Disputa, Gestora de proyectos de tecnología y de comunicación, Magister en Comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar, investigadora en el ámbito de la Comunicación y Educación. Escritora de narrativa y poesía por afición.

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Mario sentado en su escritorio, sus ojeras pronunciadas son el resultado de una semana bastante ajetreada, su esposa entra con una taza de café y un sánduche al estudio, es media noche.

– Mario por favor deja de pensarlo, tú deberías ser el candidato, yo estoy bastante organizada con nuestros temas personales, acepta. Le dice Sonia su esposa.

-No lo creo, me falta tanto por aprender, los niños son pequeños…

Ella lo mira con dulzura sin decirle nada más, se retira, cierra la puerta y luego le grita que lo espera en la recámara.

Los cabellos revueltos y rizados enfatizan su estrés, y su desesperación. Continúa con los cálculos de las elecciones, sabe que él ganaría si es candidato, pero no quiere. La decisión la tomó hace dos meses cuando su esposa se enfermó y cuidar a sus hijos le dejaba poco tiempo para su trabajo. Amaneció y por fin logró la fórmula perfecta para que su compañero de partido sea el candidato, con una mueca casi de dolor fue a desayunar y su esposa lo esperaba.

-¿Tomaste una decisión?

-Lo hice

-Voy contigo a la sede.

-Por favor no vayas, si estás viéndome, no podré negarme.

-Eres ingenuo, debes aceptar, si no lo haces, todo será en vano.

-Es demasiada responsabilidad, no creo que pueda aceptar. Vamos se nos hace tarde…

De modo solemne se paró en medio de la sala para dar su decisión al pleno. Casi unos mil participantes aplaudían, mientras Mario tomaba el micrófono y lo probaba para que lo escucharan con atención. Él los miraba, casi conocía a todos los asistentes, pasaba la mirada por cada una de las personas, llegó a la cara de su esposa donde ella le decía que acepte, él bajó la mirada y les presentó su decisión.

Cuando acabó el discurso, todos estaban muy serios, pero convencidos de que el nuevo candidato lograría llegar a la Presidencia, la campaña la llevó Mario y ganaron. Poco tiempo después el candidato que él puso era derrocado por allá en los 70s en un país llamado Chile.

Mario recordó los últimos tres años luego de las elecciones, mientras uno de los militares lo golpeaba en el rostro y lo metía en una camioneta blindada, donde se despedía de su esposa y sus hijos para no volverlos a ver nunca más, supo que su decisión fue equivocada…

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