Next Floor

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Creyente, profesional, emprendedor y cafeinómano. Trabajo por ser empático, solidario y justo. Mi fin último: trascender.

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Palabras clave

Next Floor, hombre, ser humano, finitud, naturaleza, competencia, consumo

Resumen

La depredación y lucha del hombre contra el hombre nos ha convertido en lobos rapaces, capaces de devorar todo cuanto se interpone en nuestro camino.

 “Si no te comes la sopa, va a venir el cuco”. Es la frase casi trillada que a través de generaciones ha servido como estrategia. Por no decir de amenaza de los padres para obligar o exigir a sus hijos pequeños a comer. Parece una frase tonta o quizá de poca trascendencia. Pero que en la mente de quién la escucha se va generando una idea de lo que es el mundo y sobre todo de quien es el cuco.

He querido empezar este artículo haciendo esta analogía con el cortometraje de Dennis Villeneuve, un guionista y director de cine canadiense, cuyo nombre es “Next Floor”,  donde nos muestra y define de forma grotesca e inhumana, quien es el ser humano frente a las necesidades del prójimo y al respeto de los recursos naturales.

Once comensales, en los que la opulencia hace reverencia a la glotonería y la gula de aquellos, que por satisfacer el hambre y por competir en la más asquerosa intemperancia, devoran todo cuanto se les sirve o se les presenta. Carne de todo tipo de animales, algunos comestibles, otros en peligro de extinción. Lo grotesco del asunto es que mucho es devorado en estado natural. La sangre de la carne y de las vísceras de los animales escurre por la fina platería, mostrando implícitamente como el hombre devora a la sociedad, la hace sangrar y sobre este elemento se deleita.

Acompañados de una pequeña sinfonía de sonidos eclécticos, cuyos artistas elegantes, impávidos y sumisos se resignan a transmitir funestos sonidos ante la patética situación que produce repugnancia. Al sonido tétrico lo acompaña el entorno, una sala vieja y obsoleta en un edificio de iguales condiciones, que presagia lo inminente, sucumbir ante tales circunstancias.

La escaza luz representada por un candelabro de estilo clásico que apenas alumbra la mesa, es testigo de cómo los recursos finitos son consumidos por seres vivos igual de finitos, además enfoca el camino en que aquellos carnívoros perecerán en el abismo. Ante esta exacerbada finitud, el fin está muy cerca.

Next Floor o Siguiente Piso, en primera instancia da a entender que el próximo piso será el de arriba, su mensaje contraría a la escalada, ascendencia o arribo a la que todo el mundo anhela, sucumbe ante la realidad y a la competencia desmedida del ser humano frente a su otredad. Con recursos cinematográficos sencillos logra captar la atención de todos, porque quienes la vemos, caemos en desesperación de saber que va a ocurrir, y nos tiene en esa zozobra que nos motiva a seguir mirando. Con trajes elegantes, peinados estrafalarios, rostros imberbes, joyas suntuosas y con unas copas de muy mal gusto, no ocurre nada más que consumo, competencia, ansiedad, lujuria, gula y egoísmo.

Un detalle interesante de aquella escena es el séquito servil que acompañan a aquellos de quienes no se dice nada: ¿Celebran algo? ¿Quiénes son? ¿A dónde van? ¿Qué quieren? ¡No lo sabemos! Sólo sabemos que devoran y consumen. Al chillido fastidioso de los cubiertos lo secunda la orquesta sinfónica que es callada por un ruido del entablado del piso, cuál Titánic a punto de hundirse, en cuya escena se puede ver un movimiento de pies, ávidos siempre en la carrera interminable por saber quién es el mejor o el más astuto.

Astucia que la vemos en la mirada de quien hace de maestresala, el jefe mayor de los servidores, que además, es el único que habla: ¡Next Floor!, cuya frase es el detonante para correr y bajar, como dignos representantes de la plebe a seguir sirviendo. Pese a su condición, tiene corazón burgués y se jacta de servir con el objetivo de saciar sus intereses, al igual que la orgía comensal.

Los comensales han descendido, al siguiente piso. Tal parece que el percance frenaría su actitud, pero la realidad es otra, llenos de polvo y susto, la función continúa, ahora más rápida, que será el inicio del estrepitoso descenso a la muerte de la burguesía insatisfecha, ante la mirada de aquellos que al parecer quedan libres.

Volvamos al principio, ¿Cuál es el cuco que aparecería no por comer la sopa? ¿Qué sopa se tuvo que comer? Muchos son los cuentos que hemos tragado por temor a la represalia. Arrasamos con recursos, personas y convicción por satisfacer el ansia desmedida de lo que nunca nos satisface, pero que el absorbente sistema nos lo exige.

Nos vendemos al mejor postor y nuestra vida está a expensas de quien sabe quién, vendiendo nuestra intimidad y reservas. Como diría el filósofo inglés Thomas Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre” ¿Quién ha devastado la humanidad con guerras inservibles? ¿Quién ha explotado la naturaleza al punto de dejarla sin recursos? ¿Quién ha explotado en las fábricas a millones de personas para hacerse millonario? ¿Quién ha permitido explotarse? Sin duda alguna, el lobo hombre.

Y con todo esto ¿Ya descubrimos al cuco? Este ser es tan grande y temible como la libertad que tiene el ser humano para decir no, para vivir pleno y seguro en la finitud de su naturaleza. Le tememos porque nos lo pintaron feo, que nos comería y nos mataría. Muchas cosas que las pintaron de buenas nos han tenido sumidos, porque nos comimos la sopa. Estamos en la era en que ya no comemos cuento y que los cucos son nuestros mejores aliados. No diré más… 

Referencias

La Disputa

1 COMENTARIO

  1. Hola Álvaro soy Jesús del curso de Cine de Daniel, me ha parecido un articulo sumamente interesante, bien detallado, me gusta la forma como escribes! Yo también soy creyente, me emociona la idea de haber conocido a un gran talento, sigue así! Dios te bendiga mucho.

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